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Alto contrasteTras una larga polémica y la resistencia de sus socios en Alemania, el Banco Central Europeo lanzó el lunes su esperado programa de compra de bonos soberanos conocido como alivio cuantitativo. La medida comenzó justo cuando las tensiones entre Grecia y Bruselas por un rescate llegaban a su punto álgido.
Apenas dos días después, el presidente del BCE, Mario Draghi, salió a celebrar el éxito de la medida, destacando que los costos de financiamiento para los gobiernos y empresas de la región volvieron a mínimos históricos, pese a las renovadas tensiones con Atenas.
Las compras del BCE también han ayudado a empujar al euro a sus niveles más bajos frente al dólar en cerca de doce años, inyectando optimismo a las bolsas debido al positivo impacto en las exportaciones. La caída del euro también ha resultado un buen antídoto para la amenaza de deflación en el bloque.
Pero el BCE podría ser víctima de su propio éxito, a medida que el desplome de la moneda ha superado todas las expectativas. Goldman Sachs proyectó el viernes que la divisa llegará a un mínimo histórico de US$ 0,80 para 2017. En ese contexto, la entidad podría tener que volver a calibrar el impacto de su intervención.
