Editorial

Diversificación de inversiones

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Chile está en una posición privilegiada en el escenario global gracias a sus abundantes reservas de litio, un mineral crítico para la economía de la transición energética. La creciente demanda mundial por este metal, impulsada por la necesidad de baterías para vehículos eléctricos y almacenamiento de energía, presenta una oportunidad única para el país. Sin embargo, la clave está en cómo Chile maneje este escenario para asegurar beneficios sostenibles y significativos para su desarrollo económico y social.

Según informes de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales y datos del Banco Central, el intercambio comercial de Chile con Arabia Saudita alcanzó los US$ 279 millones en 2023, con un crecimiento promedio anual de 17,6% entre 2018 y 2023. Productos como madera, frutas frescas, purés y celulosa concentraron las exportaciones. Por otro lado, la balanza comercial, con Emiratos Árabes Unidos (EAU) sumó US$ 260 millones el año pasado, con un alza de 4,6% en el mismo período. Estos números reflejan un interés creciente de las economías del Golfo por los recursos chilenos.

El litio es una puerta al desarrollo, que tiene una oportunidad estratégica en el mercado del Medio Oriente.

El viaje del Presidente Gabriel Boric, esta semana, junto a una delegación empresarial a Dubái y Abu Dabi, sumado a la visita de una misión saudí de alto nivel a Chile, que sostuvo reuniones con autoridades de Gobierno y la estatal Codelco, relevan la importancia estratégica de los minerales chilenos.

En este marco, fueron pasos relevantes la firma del Acuerdo de Asociación Económica Integral suscrito con EAU, que podría abrir el mercado emiratí para un 97% de los productos exportables desde Chile, como también las declaraciones del ministro de Industria y Recursos Minerales de Arabia Saudita, Bandar Ibrahim Alkhorayef, quien expresó el claro interés de su país por acceder a recursos críticos como el litio y el cobre, esenciales para la transición energética. Potencias como Estados Unidos, la Unión Europea y China también han puesto sus ojos en el litio chileno.

Para que el país pueda capitalizar este negocio es crucial que el Estado asegure que las oportunidades no se pierdan en burocracia, permisología o ineficiencia. En ello, es clave impulsar la diversificación de la inversión extranjera, con decisiones que no estén influenciadas por consideraciones políticas o ideológicas, sino por la capacidad de atraer capitales que promuevan el desarrollo y la innovación tecnológica.

La riqueza natural del litio puede ser una puerta al desarrollo si se logra emprender una visión estratégica, que transforme a este sector en un motor de crecimiento económico sostenible y diversificado.

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