La últimas cifras de comercio exterior para el mes de enero liberadas esta semana por el Banco Central ratificaron que las importaciones siguen en rojo, siendo tal vez el dato más significativo la baja de 18,7% experimentada por las internaciones de bienes de capital.
En efecto, y descontando el excepcional registro de diciembre, en que las importaciones de bienes de capital tuvieron una variación positiva determinada en gran medida por la compra puntual de equipos ferroviarios, el pasado mes volvió a quedar en evidencia que este significativo componente de nuestras cuentas comerciales sigue teniendo un desempeño preocupante, que se suma a los 16 descensos consecutivos que experimentó esta variable con anterioridad a diciembre.
Resulta imposible no correlacionar lo que está ocurriendo en esta dimensión con lo que ha sido la sostenida depresión que han mostrado por meses indicadores de expectativas empresariales, de inversión y de confianza en la economía, dentro de los cuales se añade el último registro del Ipec de Adimark, donde además se aprecia subsectorialmente una bajísima confianza a futuro (para un horizonte de cinco años) en la economía. De hecho, se explicó, el registro más bajo históricamente hablando.
Expectativas, importaciones de bienes de capital e inversión son variables significativas en cuanto anticipadoras del ciclo, de modo que no puede subvalorarse lo que está implícito en estos últimos registros. Es cierto que los datos de Imacec recientes aparecen como mejores, pero la prudencia y la perspectiva debe invitar a la cautela, sobre todo teniendo a la vista el efecto bases de comparación.