El Ministerio del Medio Ambiente publicó el anteproyecto con la contribución tentativa que haría Chile a la reducción de emisiones globales. Lo más sustancial que propone son metas para reducir hasta en 35% las emisiones de carbono (CO2) por unidad de Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2025 y rebajar hasta en 45% las emisiones de CO2 por unidad de PIB para el 2030 (año base 2007). A ello se suman compromisos de restauración de suelo degradado (forestación), medidas de adaptación y objetivos de desarrollo de capacidades, trasferencia tecnológica y financiamiento.
Este anteproyecto, actualmente disponible para consulta pública, debiera plasmarse en un texto definitivo que será presentado este año ante la comunidad internacional. Para ello, sería importante conocer cómo se definieron las metas y el costo que podría significar cumplir con ellas. En el pasado se anunció una meta voluntaria de reducción de emisiones (20% al 2020) sin mediar evaluación, lo que ha impulsado al país a desarrollar políticas e invertir recursos en ello. Los costos no han sido menores; de acuerdo a un estudio desarrollado por la OCDE, solo la contribución del sector eléctrico habría significado alrededor de 0,05% del PIB para Chile.
Parece, por tanto, indispensable que durante el proceso de análisis del anteproyecto se evalúen acuciosamente las implicancias que podría tener un compromiso como el sugerido en el desarrollo sustentable del país. Cabe recordar que si además se acuerda que las contribuciones comprometidas serán vinculantes, Chile podría incluso quedar sujeto a sanciones por incumplimiento.