Castigo a malas prácticas en mercado
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Creciente preocupación existe a nivel empresarial por los alcances que están teniendo sobre su quehacer los bullados casos de malas prácticas que han salpicado al mercado local en las últimas semanas y meses. Entendiendo que es imposible evitar por completo que este tipo de hechos se verifiquen, la preocupación y malestar que existen tienen que ver con que cada uno de estos casos podría instalar y/o incrementar cierta desafección ciudadana hacia la actividad empresarial y el quehacer del sector privado.
En un panel de discusión organizado por este medio, ex superintendentes de Valores y Seguros y ejecutivos de larga trayectoria en el mercado de capitales coincidieron en que la reacción frente a estos hechos debe ser vehemente y sin dejar espacios de duda respecto de la propocionalidad de las multas y sanciones, ya sea administrativas, judiciales y sociales.
En estos casos, junto al daño que estas infracciones y delitos producen a quienes resultan directamente defraudados hay un daño de dimensiones inestimables en materia de confianza en las instituciones y en el mercado, todo lo cual no es indiferente en materia política y económica.
En materia política, porque estos hechos alientan a quienes denostan la actividad empresarial asociándola con abusos, letra chica. Y económica, porque estos casos también son usados por algunos sectores para promover regulaciones más duras, las que, entendiendo que hacen falta, al ser incubadas en el calor del escándalo podrían llegar a extremos ineficientes que terminen trabando el flujo normal de la actividad económica.
