A partir de algunos datos puntuales, en especial de cierre de 2014, se ha comenzado a hablar de la aparición de brotes verdes en la economía chilena. Lo anterior, en en línea con el supuesto punto de inflexión que habría ocurrido en la última parte del año anterior.
Si bien dicha aproximación tiene asidero en algunas cifras, no pocos expertos llaman a la prudencia a la hora de proyectar lo que viene, dado que a la par hay otros indicadores que dan cuenta de una persistencia en el pesimismo de los agentes económicos, como lo acaba de mostrar el último Índice de Confianza Empresarial (ICE), publicado por este medio en conjunto con la Universidad del Desarrollo.
Que la confianza empresarial siga en terreno negativo y con un nuevo giro a la baja (al igual que la de los consumidores, como lo constató el último Ipec de Adimark), da cuenta de una relativa fragilidad en este proceso, que debe mover a la generación de más y mejores señales de la autoridad que permitan que los brotes "echen raíces".
El escenario internacional más complejo que se observa, sobre todo a nivel regional, y la reactivación de la agenda de reformas impulsadas por el gobierno una vez que retome actividades el Congreso, probablemente reintroducirán ruidos en el clima de negocios, en donde aún no se han cerrado las interrogantes surgidas con la reforma tributaria.
En momentos en que ya no se ve espacio para nuevos recortes en la tasa de interés y en que podría emerger el riesgo de una corrección parcial al alza en el precio de los combustibles, la forma en que procedan las autoridades será sin duda decisiva para lo que ocurra en 2015 con la economía.