En línea con la expectativa de los analistas, el Consejo del Banco Central ha mantenido esta semana la Tasa de Política Monetaria en 3,5% y ha estimado que para asegurar la convergencia de la inflación a la meta se requerirá continuar con la normalización de la política monetaria, a un ritmo que dependerá de la nueva información que se acumule y de sus implicancias sobre la proyección de inflación.
En el comunicado en el que anunció su decisión, el Banco Central ha reafirmado su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de política. De acuerdo con analistas, el lenguaje del Banco Central aleja el momento en que se podría producir un aumento en la tasa de interés, en el marco del persistente freno de la actividad económica y la caída en el precio del cobre. En el plano externo, el Banco Central ha advertido que los riesgos persisten y ha especificado que las tasas de interés de largo plazo de las economías desarrolladas se mantienen bajas, las perspectivas de crecimiento global no muestran cambios relevantes y los precios de las materias primas tuvieron movimientos contrapuestos en el mes. En el plano interno, en tanto, ha indicado que en marzo la inflación fue menor que lo previsto mientras que las perspectivas indican que permanecerá por sobre 4% por algunos meses. Al respecto, ha señalado que la evolución de esas variables se seguirá monitoreando.
Se trata de una decisión que por cierto se enmarca en una política que han adoptado otros bancos centrales, que en un contexto de inflación a la baja han mantenido tasas de interés que estimulen la actividad.