Esta semana se ha dado a conocer que el dato preliminar del índice compuesto de gerentes de compras (PMI, su sigla en inglés) de la zona euro -que elabora Markit- subió en marzo a un máximo de cuatro años de 54,1 desde la lectura de 53,3 de febrero, en una señal de que el cuantioso programa de compra de bonos del Banco Central Europeo (BCE) podría estar dando sus frutos.
De acuerdo con distintos indicadores de este año, tras una prolongada crisis la economía de la eurozona estás mostrando signos de recuperación y cifras sorpresivas por el lado positivo. De hecho, Alemania -el tradicional motor de la eurozona- se ha mostrado particularmente fuerte, aunque permanecen varios puntos débiles, como Francia, la segunda mayor economía de la moneda común.
En este contexto, el BCE está inundando el mercado con dinero en efectivo para estimular los precios internos y el crecimiento con su programa cercano a 1 billón de euros, que según los especialistas parecería estar teniendo un impacto, aunque independientemente del accionar de la institución que encabeza Mario Draghi el impulso procedente de la flexibilización cuantitativa llega en un momento en el que ya existía crecimiento.