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Alto contrasteEl Tribunal Constitucional de España acogió ayer una iniciativa del gobierno central para paralizar el proceso de secesión que había comenzado a analizar el lunes el parlamento catalán.
La efectividad de la medida, en todo caso, está en duda, ya que las autoridades catalanas ya habían adelantado que no reconocerán la autoridad del organismo. Anticipando esta respuesta, el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, pidió que la corte dispusiera la suspensión de las autoridades catalanas que no acaten la resolución, partiendo por el presidente de la comunidad autónoma, Artur Mas.
Ante este escenario, lo único que parece estar claro a esta altura es que la polémica no se resolverá en el corto plazo, lo que introducirá creciente tensión política al proceso de recuperación de la economía española. Los analistas ya han señalado que el panorama para la cuarta economía de la eurozona se va a ver complicado en las próximas semanas a medida que se acercan las elecciones nacionales, en diciembre. El avance de los grupos emergentes y una estrecha victoria de alguno de los dos partidos tradicionales podría complicar la formación de una coalición, afectando la gobernabilidad de la nación.
