Web 3.0: nuevos usos, nuevas reglas
María Pía Aqueveque Directora de empresas y experta internacional en activos digitales
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María Pía Aqueveque
Como decía Muhammad Yunus: “La tecnología es importante, pero lo único que realmente importa es qué hacemos con ella.” Hoy, en la Web 3 hay de todo, menos estándares respecto a la privacidad, seguridad y propiedad de los datos y sus activos. Es una consecuencia de no haber resuelto los temas de la huella digital en la Web 2. ¿Se imaginan lo que será capaz de hacer la inteligencia artificial con nuestra huella digital y con información financiera a la vez?
Hace una semana, el fundador de OpenAI, Sam Altman, lanzó su proyecto cripto, Worldcoin, con biometría de iris, que además de ser un sistema de pagos busca ser un “pasaporte digital” que acredite la calidad de “humano” de su usuario. Es decir, busca crea una red de identidad y financiera de al menos 8 mil millones de usuarios, que eventualmente pueda ser utilizada para transferencias sociales utilizando su cripto. Esto no sólo implica la trazabilidad de nuestros datos personales y financieros, sino también, eventualmente, el condicionamiento (por uso o restricción) de nuestras decisiones de comportamiento y compra para fines específicos.
“La revolución de las finanzas y la transferencia de valor programable siguen avanzando, complementándose con la inteligencia artificial”.
Lo cierto, es que no podemos cometer los mismos errores del pasado, como en la Web 2, marcada por las redes sociales y el uso de la información de sus usuarios. En particular, porque a diferencia de otros proyectos, la utilización del iris será un mecanismo de identificación estratégico a medida que se masifique el hardware para experiencias inmersivas de realidad mixta en el metaverso.
Una vez conscientes, no nos podemos quedar indiferentes. La revolución de las finanzas y la transferencia de valor programable siguen avanzando, complementándose con la inteligencia artificial. Si bien es cierto que estas innovaciones abren nuevas perspectivas para que el dinero mejore el funcionamiento de las economías y las sociedades, resulta imperativo desarrollar lineamientos que protejan a las personas en temas de privacidad, seguridad y propiedad de los datos y sus activos.
En el inicio de la Web 2, las redes sociales tenían sólo buenas intenciones; pero al buscar ser económicamente rentables, las personas han perdido la seguridad, privacidad y propiedad sobre sus datos personales sin darse cuenta. ¿Se imaginan si a esto le sumamos una cripto propia diseñada para un comportamiento específico? Hoy, en la Web 3, no es posible que cedamos control respecto de nuestros activos y decisiones financieras.
Como siempre, la Unión Europea es la única que se ha planteado los desafíos asociados a la billetera de identidad y de pagos con el objetivo de proteger y dar poder de decisión a sus ciudadanos. Hoy hay una oportunidad para hacernos cargo de los desafíos del futuro presente y avanzar en estándares no solo de los datos, sino también sobre la propiedad de los derechos sobre activos y dinero programables en la nueva era de la economía digital.
Como decía Albert Einstein, “una locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.