Una generación solidaria
Necesitamos una generación política capaz de mirar al futuro con una verdadera visión de Estado...
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Necesitamos una generación política capaz de mirar al futuro con una verdadera visión de Estado, como aquella que tuvieron Diego Portales, Napoleón o Churchill.
Los hombres y mujeres con visión de Estado son aquellos capaces de llevar a sus naciones hacia el desarrollo, y de ello se concluye que personas con esas características pueden encontrarse en todo el espectro social, puesto que somos todos los miembros de la sociedad los encargados de guiar sus destinos. De la disposición de nosotros, las personas comunes y corrientes, depende el futuro de los países, y por eso es necesario potenciar la virtud de la solidaridad: que es la única capaz de hacerle ver a las personas que todas sus acciones tienen repercusiones en la vida social.
Siempre que hay elecciones escuchamos a los candidatos prometer más participación ciudadana. Todos queremos participar más, lo cual es muy bueno. Sin embargo, son pocas las veces en que escuchamos a un político decirnos que la mejor forma que todos tenemos de colaborar con el desarrollo del país es nuestro trabajo bien hecho, en el estudio y en las tareas profesionales.
En Chile ya es hora de que derrotemos la pobreza, que instauremos un sistema educacional de calidad, que consolidemos una sociedad de oportunidades, que comencemos a respetar los Derechos Humanos de manera consecuente, que el respeto al medioambiente sea una realidad y que nazca una sociedad verdaderamente humana.
Esta sociedad la lograremos cuando nazca una generación que con verdadero sentido de solidaridad y se dé cuenta de que en sus manos está el futuro del país. Para ello es necesario derrotar el individualismo y crear conciencia de que los cambios sociales se producen cuando la sociedad se halla unida en torno a un ideal grande, como lo es la búsqueda del mayor desarrollo material y espiritual posible para todos y cada uno de nosotros.
Lograr formar esta generación no es fácil y la única forma de lograrla es a través de una formación intelectual intensa -especialmente de aquellos autores cuyas ideas son las bases de nuestra civilización- y de un sustrato cultural amplio que nos dé identidad nacional.
Chile necesita una “generación solidaria”. Es posible avanzar hacia el desarrollo, tenemos todo para ello. Pero debe ser un desarrollo auténticamente humano, de ahí la necesidad promover la nueva generación de chilenos que con un espíritu solidario y una visión de Estado nos permita constituir una sociedad en la cual la libertad, la justicia y el respeto por la dignidad humana no son slogans sino que realidades.