Un momento histórico para el emprendimiento
Camila Correa, directora de Acceso a Mercados en Endeavor
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Camila Correa, directora de Acceso a Mercados en Endeavor
Hay una serie de transformaciones que aceleradas por la pandemia están floreciendo a nivel mundial, y que de ser aprovechadas pueden significar una inyección de recursos y un impulso a las economías locales. Una de ellas es la eliminación de barreras geográficas producto de la digitalización haciendo más accesible la internacionalización de los emprendedores nacionales y la llegada de talentos e inversionistas extranjeros que ponen sus ojos en Chile y en Latinoamérica.
No es casualidad que hace pocos días la scaleup nacional Betterfly cerrara una ronda de inversión "Serie B" que le permitió recaudar US$ 60 millones de la mano de algunos de los fondos de venture capital más grandes del mundo como Endeavor Catalyst y Softbank, convirtiéndose en la insurtech con mayor valorización en América Latina. Tampoco es casualidad el anuncio de Uber sobre la adquisición total de Cornershop luego de la compra del 50% restante al cual ya poseía. Y tampoco lo es que durante el último año fondos como Capria e Innealta Capital hayan seleccionado nuestro país para desde acá, invertir en la región.
Chile está viendo llegar scaleups a un nivel nunca visto, abriéndose la posibilidad de que de la mano de esas experiencias, las próximas generaciones de emprendedoras y emprendedores tengan aún más impacto, generando a su vez un efecto relevante en la economía del país. En los próximos meses ocurrirán más cosas que en los últimos 20 años, y para esto, así cómo es nuestro deber como ecosistema impulsar al talento nacional a pensar de manera global desde el día uno, debemos mantener abiertas -y de manera atractiva- nuestras puertas a la llegada de talento extranjero.
Más allá de la incertidumbre política propia de un año de elecciones, Chile es un país históricamente estable y que mantiene una buena posición en Latam en aspectos como: poder adquisitivo, conectividad, niveles de digitalización, adaptación de tecnologías, acceso a créditos, etc. Además, el hecho de ser un país pequeño lo hace un buen mercado donde probar ciertas hipótesis, antes de salir a conquistar mercados más grandes, como lo pueden ser el resto de Latinoamérica.
Históricamente emprendedores de América Latina se expanden a Chile buscando posicionarse en la región, y obtener mayor experiencia para luego dar el paso a EEUU, Europa u otros mercados más grandes. Hoy vemos emprendedores de todo el mundo interesados en nuestro país: Italia, Grecia, Turquía, Sudáfrica, y de industrias tradicionales como la minería y la agricultura, pero también en la banca, seguros y retail. ¿La razón? El quiebre de las fronteras dado por la pandemia ha abierto los ojos de empresas a lo largo del mundo posicionado a la región como una opción atractiva y a Chile como una excelente alternativa para comenzar.
Estamos en medio de una transición y se ve una ola mucho más grande de scaleups por venir, estamos ante una oportunidad única que no podemos desaprovechar, y la única manera de capturarla es acelerando. Para ello, junto a activar el desarrollo local necesitamos de inversión extranjera que impulse cada vez a más empresas, soluciones, capital y talento a apostar por Chile. Que lleguen líderes mundiales de distintas industrias aumenta la competitividad, la exigencia de los consumidores y la innovación, generando un círculo virtuoso para el crecimiento. El mundo está cambiando, Chile está cambiando, y no podemos obviarlo. Tomemos la oportunidad hoy, y no en los próximos 20 años.