Cómo enfrentar la cuestión previsional: Ideas viejas y un par nuevas

Rafael Rodríguez

La reciente explosión de descontento en contra del sistema previsional, expresado erróneamente en la frase “No + AFP”, ha dado origen a una avalancha de medidas propuestas; varias de ellas pobremente analizadas.

Es muy importante para Chile poner orden a esta discusión y proponer soluciones para abordar las situaciones específicas que el sistema previsional chileno no resuelve adecuadamente.

Quisiera comentar algunas ideas (la mayoría ya planteadas):

Problema 1: Extensión de la vida de las personas. Elevar la edad mínima de jubilación en forma paulatina, en seis meses por año hasta llegar a los 68 años.

Problema 2: Menor cotización de las mujeres (y menor pensión consecuente). Igualar la edad de jubilación con los hombres. En un plazo de cinco años.

Problema 3: Falta de cotización de trabajadores independientes. La propuesta es que por obligación tengan que imponerse también en una cuenta individual, la misma tasa que los empleados dependientes. Si no lo quieren hacer, deben firmar una declaración que exima al Estado de Chile de proveerles una pensión en el futuro, asumiendo la responsabilidad de hacerse cargo de generar su propia pensión. Si no se imponen debiendo hacerlo, debieran pagar las mismas multas que las empresas tienen que pagar por morosidad. El SII en conjunto con otras instituciones tiene herramientas para monitorear esta situación. El problema de la falta de cotización de los independientes es uno de los que provoca mayor sequía de pensiones y a su vez es el que menos se ha abordado.

Problema 4: Menor tasa de retorno de los fondos a futuro: aumento paulatino de la tasa de cotización desde un 10% a un 15%. Esto se podría hacer para evitar los efectos secundarios, por la vía de darle a las empresas la opción de emitir títulos canjeables por capital de la empresa, pagando una tasa de interés de tal forma que si el trabajador se va de la empresa pueda hacerlo exigible, - dichos fondos sólo se pueden depositar en su cuenta individual-, o quedarse con un título convertible en capital de la empresa si así lo estima conveniente. Hay externalidades positivas en esta propuesta; el trabajador se va a comprometer más con los resultados de la empresa porque le conviene por partida doble, por su trabajo y por su capital invertido en ella. Naturalmente, esta condición no le puede ser impuesta a la empresa y su alternativa es pagar la cotización completa en la cuenta del trabajador, como es hoy.

Problema 5: Las personas que no son cubiertas por los casos anteriores debieran recibir fondos del estado, de la recaudación general. Es fundamental equilibrar la equidad social, junto con las posibilidades del presupuesto. Para ello es necesario hacer una cuidadosa revisión de las prestaciones que se va otorgar por cuenta del estado y una evaluación de quienes las van a recibir. Una forma de generar fondos para ello podría ser la venta en una serie de licitaciones internacionales y transparentes de algunos activos estatales, a riesgo de ser un concepto impopular que hay que poner en una balanza con el concepto de cubrir mejor o peor a quienes no reciben una pensión mínimamente digna al menos.

Finalmente, las AFP no son el problema, son parte de la solución porque resuelven el problema previsional para algo menos de la mitad de los chilenos.