Rafael Rodríguez

Chile en venta (II)

Presidente Seminarium Penrhyn International

Por: Rafael Rodríguez | Publicado: Viernes 19 de agosto de 2016 a las 04:00 hrs.
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En la columna del mes anterior se explicaba que en Chile las empresas son de capital extranjero en más del 50% en un gran número de industrias y que este proceso se ha agudizado en los últimos años, donde el capital e inversión directa casi ha sido diez veces mayor que el monto de inversión directa de chilenos en el exterior, mientras que al tomar un período más largo este ratio ha sido de entre tres y cuatro veces.

Las cadenas de farmacias, los laboratorios y en forma creciente las Isapres son fundamentalmente de empresas adquiridas por capital extranjero; algo similar pasa en las compañías de seguros, las AFP, la banca y así sucesivamente.

Dos consecuencias -de entre varias otras- son interesantes de observar como resultado de este fenómeno. Lo primero es que la inversión extranjera trae como consecuencia la compra o la llegada al país de empresas que les dan servicios de todo tipo, auditoría, corretaje de seguros, oficinas de abogados, entre otros varios otros servicios que prestan en sus países de origen a las respectivas casas matrices, al igual que los pájaros llamados picabueyes que acompañan a los rinocerontes y les limpian la piel en sus paseos por las estepas africanas aplastando el hábitat de los picaflores locales en su búsqueda de nuevos pastizales.

Un segundo efecto es sobre los desarrollos de carrera de los jóvenes y no tan jóvenes profesionales que trabajan en estas empresas multinacionales.

Una pequeña introducción antes de llegar al punto: el tamaño relativo de Chile como país para muchas empresas multinacionales es el equivalente a Linares o Chillán en el mejor de los casos, si se compara con la casa matriz en el caso de las multinacionales, o con Santiago en el caso del país.

Tal como ocurre en las empresas nacionales, los ejecutivos de Santiago están donde se toman las decisiones, se gestan las iniciativas, se decide quien dirige la oficina de Linares, sus metas y presupuestos. Sí, el gerente de Linares tiene algo que decir respecto de su presupuesto y metas, pero el “queque” se corta en Santiago. Lo que no tiene mucho que decir es si se compra un ERP, cuál de todos, en la estrategia de abordar el mercado de retail o de abandonarlo, el lanzamiento de nuevos productos y un largo etcétera donde los ejecutivos de Linares sólo toman nota - en algunos casos pueden llegar a sugerir algo-, pero por norma general su desafío es de implementar, instalar, hacer que funcione lo que se decide en Santiago.

Algo parecido es lo que ocurre en el desarrollo de ejecutivos en estas empresas multinacionales. Ofrecen mucho aprendizaje de sistemas, prácticas y procesos de clase mundial que en pocas empresas nacionales se puede alcanzar, pero relativamente menos de creatividad, de hacer las cosas desde cero, improvisar, ser diferente. Los que muestran esta característica y sobreviven en el difícil intento de ser diferentes, generalmente los mandan a Santiago (la casa matriz), pero en general previo paso por Concepción (México o Brasil) para estar seguros de que llegue a Santiago (casa matriz) suficientemente culturizado corporativamente y que es capaz de manejar negocios o cifras más grandes que las de Linares. Muchos no pasan de Concepción, a otros después de Concepción les ofrecen un buen paquete para ir a Antofagasta, o a otra ciudad similar, porque pocos llegan a la casa matriz que es donde realmente se deciden las cosas.

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