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Columnistas

Profesores para Chile

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 12 de enero de 2011 a las 05:00 hrs.

La Pedagogía es una carrera preciosa, pero es dura. Hacerse cargo de niños o adolescentes ajenos, por regla general mal portados, para intentar inculcarles uno que otro concepto que usualmente se rehusarán a aceptar, y que no te van a agradecer sino hasta varios años después, no es fácil. Hay que tener una vocación especial. Esto, sumado al hecho de que socialmente la profesión es poco valorada, a que los sueldos son francamente insuficientes, y a que las posibilidades de ascenso durante la vida profesional son limitadas, lleva a que en Chile sean pocos los que, teniendo otras alternativas, se decidan a estudiar pedagogía.

Ante la disyuntiva entre ser profesor o elegir otra carrera más rentable, un buen alumno (por ejemplo, los que obtienen más de 600 puntos en la PSU), por mucha vocación docente que tenga, es comprensible que elija otra cosa. En contrapartida, una fracción importante de los que entran a estudiar Pedagogía son personas que por puntaje no tuvieron otra opción, y que no les gusta ni les gustará en el futuro lo que hacen. Como sociedad nos urge crear incentivos para que la docencia recupere el prestigio que ha perdido. La Beca Vocación de Profesor diseñada por el Mineduc es un muy buen comienzo. Según los datos aparecidos en la última semana, entre los postulantes a Pedagogía que pueden obtener dicho beneficio, el 90% obtuvo sobre 600 puntos en la PSU; un 4% obtuvo sobre 700 puntos, y otro tanto superó los 720: todos estos números son mejores que el año anterior. Es evidente que hoy son más los buenos alumnos que, en vista al prestigio que está recobrando la enseñanza y de los beneficios que se les ofrecen, están atreviéndose a optar por la carrera docente. Si esto va acompañado de una mejora en los sueldos, y mayor flexibilidad en los ascensos, ser profesor en nuestro país va a convertirse en una alternativa tan válida como estudiar ingeniería, medicina o derecho.

Un buen alumno, que además tiene vocación, probablemente será después un gran profesor. Todos reconocemos la importancia de contar con buenos maestros como ingrediente clave en la mejora de la calidad de la educación. Desde hoy podemos aspirar a que en pocos años haya uno en cada sala de clases de Chile.

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