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Columnistas

¿Por qué tanto secreto con el TPP?

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 28 de junio de 2013 a las 05:00 hrs.

Cuando se negoció el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, entre 2001 y 2003, hubo una permanente consulta con sectores empresariales, organizaciones sindicales, académicos, organismos no gubernamentales y la sociedad civil. En las negociaciones mismas se estableció la práctica de la “habitación en la puerta del lado”, con el objeto de informar y consultar a los distintos sectores sobre los contenidos, especialmente en rubros o áreas sensibles.

Diez años después nada de esto ocurre cuando se está negociando el llamado Acuerdo Transpacífico, más conocido por su sigla en inglés, TPP. ¿Por qué ahora se estableció una práctica de estricto secreto? ¿Quién sabe, salvo un mínimo grupo de autoridades y expertos, lo que está en juego en esta negociación?
Desde distintos lados se están levantando voces inquietas. Tal vez los negociadores norteamericanos impusieron la norma de “la negociación a puertas cerradas” como método de trabajo. Pero ello no significa que esa práctica sea conveniente y que, desde ya, haya sido aceptada por entidades políticas, sociales y emprendedoras de Chile. Lo mismo en los otros dos países latinoamericanos involucrados: México y Perú.

El TPP es una criatura que tomó fuerza (hoy ya con doce países en la negociación) a partir de un logro fundacional muy significativo impulsado por Chile y Nueva Zelandia -de allí el nombre- al que pronto se sumaron Singapur y Brunei, dando forma a lo que se denominó P-4. Su propósito era, en el marco del Foro APEC, avanzar a diversas prácticas de integración moderna y formas de cooperación tanto tecnológicas como productivas. Quedó abierto a la incorporación de otros, lo cual llevó a países como Australia, Perú y algunos países asiáticos a sentarse a la mesa. En 2009 se sumó Estados Unidos y a partir de allí se puso en marcha una negociación para lograr el mayor acuerdo de libre comercio conocido hasta ahora en el mundo.

Teniendo estos antecedentes a la mano, muchos dicen que Chile no puede dejar de estar en el TPP. Además, lo que es cierto, está de por medio toda nuestra estrategia de desarrollo ligada al Pacífico y a los países asiáticos que se encuentran al otro lado de la cuenca. Pero, ¿esto debe ser bajo cualquier condición? ¿Y si lo que viene no es un real avance ni concuerda con los intereses estratégicos del país?
Ya es una afirmación habitual en los medios internacionales decir que el TPP pretende ser la gran estrategia de Estados Unidos para confrontar el poder creciente de China. ¿Es esa la esencia de la negociación secreta? Y si fuera así, ¿cómo deben tomarlo Chile o Perú, países cuyo principal socio comercial es China?
Chile tiene tratados comerciales suscritos con todos los países integrantes del TPP, es una situación única. En consecuencia, no se ve un gran avance ante lo que viene. Y, por cierto, lo que importa es no retroceder frente a lo ya obtenido en negociaciones previas, especialmente en el TLC con Estados Unidos.

Por eso, la condición de negociación a puertas cerradas en el TPP genera inquietudes que seguirán creciendo. También en Estados Unidos (New York Times,2 de junio) Según lo que se ha filtrado, se dice que este acuerdo supondrá restricciones impuestas por Estados Unidos por razones de seguridad, control a sitios de Internet y la eventual desconexión de usuarios ante infracciones a los derechos de autor. El tema propiedad intelectual se expande a muchos sectores, como el farmacéutico. Además, se acusa que el acuerdo dará más ventajas a empresas de EEUU que busquen explotar recursos naturales de los países firmantes.

El ministro de Comercio Exterior y Turismo de Perú, José Luis Silva Martinot, tras ir con el presidente Humala a Washington, afirmó que su país no cederá en las negociaciones sobre patentes y propiedad intelectual en el Acuerdo Transpacífico: “Nosotros como Perú hemos sido claros. No vamos a ir un milímetro más allá de lo que ya se negoció en el tema de propiedad intelectual”.

Hay que decirlo: por acá no hemos escuchado nada parecido.

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