El exitoso giro pandémico de algunas empresas
Pilita Clark
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Pilita Clark
Descubrí hace poco que partes de las calles principales cercanas a mi casa en Londres se han vuelto extrañamente irreconocibles. Uno de los aspectos deprimentes de la pandemia es que ha llevado a algunas empresas al olvido. Pero, gratamente, otras han seguido adelante y se han transformado en algo completamente nuevo.
Un restaurante turco establecido hace años se ha convertido en una tienda de abarrotes de frutas y verduras frescas. Un pub igual a todos los demás, ahora sirve sopa y mini barriles de cerveza para llevar. Un bistró del vecindario ha lanzado un negocio de suscripción de vinos y entregas de licores.
Este no es solo un fenómeno de Londres. Un ejecutivo de una gran empresa de contratación que entrevisté el otro día dijo que a él también le había impresionado la forma en que algunos pubs cerca de su casa en la campiña inglesa entraron abruptamente en hibernación, mientras que otros cambiaron y comenzaron a repartir pizzas, cajas de verduras y carne del carnicero local.
“Algunas empresas han sido increíblemente ingeniosas y ágiles, y otras simplemente han cerrado y dejado de funcionar”, dijo. “Miras al futuro y sabes cuáles van a salir adelante con clientes fieles que volverán a ellos”.
Así es. Yo nunca había oído hablar de un pequeño restaurante en mi área hasta que hizo un giro pandémico y comenzó a ofrecer comidas para llevar a precios modestos. Por mucho que admiro su cerdo asado y su panna cotta, también pienso seguir siendo parte de su clientela debido a su creatividad y resiliencia.
El mismo principio se aplica a empresas mucho más grandes, por supuesto. Sin embargo, el destino de los negocios más pequeños que ves en las calles locales se sintió profundamente en un 2020 de gran disrupción.
Entonces, ¿por qué algunas de estas empresas se han dado por vencidas, mientras que otras han aprovechado la oportunidad para reinventarse y probar algo nuevo?
No hay una respuesta única a esta pregunta. Un pub cuyo propietario es un gran conglomerado cargado de deudas tal vez tenga más dificultades para innovar que un operador independiente. Es probable que una empresa de cafés que es propietaria de sus propias instalaciones y que tuvo espacio para invertir antes de la pandemia haya tenido más libertad para experimentar una vez que nos golpeó el Covid-19.
Sin embargo, esa palabra “experimento” me recuerda a otra explicación que descubrí hace poco durante una caminata por el vecindario. Me di cuenta de que la pandemia no había acabado con un negocio que yo creía que iba a cerrar: una boutique de los diseñadores detrás de la famosa marca de moda londinense Antoni & Alison, Antoni Burakowski y Alison Roberts.
Burakowski, de 58 años, estaba trabajando en la tienda y dijo que la crisis del Covid obviamente había sido devastadora. Sin embargo, él pensaba que, para algunas empresas, también había desencadenado lo que él ha llamado una “época punk” energizante, un período de experimentación sin reglas en el que se puede intentar cualquier cosa nueva.
Todo cambia en un momento como éste, dijo. “No tienes que seguir mirando las cosas de la misma manera”.
Quizás este tipo de pensamiento es más natural para alguien como Burakowski, quien conoció a Roberts cuando ambos eran estudiantes de la escuela de arte de Londres.
Pero también podría ayudar a explicar por qué algunos empresarios han estado más dispuestos a reinventar sus operaciones que otros.
Burakowski está muy consciente del caos económico que ha impactado a gran parte de los minoristas. Él y Roberts estuvieron una vez entre el grupo de diseñadores que produjeron líneas de moda para Debenhams, la gran tienda por departamentos cuyas raíces se remontan a la década de 1770, pero que hoy está en camino a liquidarse.
Sin embargo, tenía algunos pensamientos esperanzadores para las empresas que están intentando mantenerse a flote de diferentes maneras. Él y Roberts lanzaron su negocio en 1987, dijo, el año del colapso del mercado de valores conocido como Lunes Negro.
“Todos pensaron que fracasaríamos. Nadie nos animó”. Pero mirando hacia atrás, él piensa que esos momentos fueron de alguna manera un momento perfecto para comenzar un negocio.
“Nadie espera que tengas un éxito inmediato o que salgas a la bolsa de inmediato”, dijo. “Es casi como un muy buen momento de entrenamiento”.
Espero que tenga razón, no solo por el bien de su propio negocio, sino por todos los demás que se están esforzando por salir adelante en un año que ha sido totalmente diferente a casi cualquier otro en la historia.