Pensiones: ampliar las licitaciones en vez de estatizar
Salvador Valdés P. Economista (PhD MIT), Senior Fellow UAI
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Salvador Valdés P.
Hay enojo popular contra las “utilidades garantizadas” de aquellas administradoras que nunca ganan licitaciones de afiliados nuevos. Aunque pierdan en el encaje, es tan grande la comisión que cobran en relación con su costo, que en la suma final nunca pierden. En la única instancia de competencia dura, que es la licitación de afiliados nuevos, AFP Uno venció con una comisión de 0,49% del sueldo, cuyo equivalente es 0,26% del fondo.
En cambio, de las cinco AFP que no participan en licitaciones de afiliados nuevos, tres cobran el triple (1,44% del sueldo, equivalente a 0,84% del fondo) y otras dos cobran 2,5 veces, con márgenes anormalmente altos y muchos vendedores. La principal causa técnica está establecida en la literatura: ante diferencias de comisión y de rentabilidad proyectada, la clientela minorista masiva (obligada) no se cambia de AFP o IPP en números decisivos.
“Sumando otros privilegios para el IPPA, la propuesta del Gobierno estatizaría y monopolizaría gradualmente la gestión de todas las inversiones. La experiencia internacional muestra la salida: pasar a comercialización mayorista, por medio de licitaciones rotativas del servicio a afiliados antiguos”.
El Gobierno respondió suprimiendo las licitaciones de afiliados nuevos, única herramienta eficaz de competencia. Esto podría gatillar comisiones aún mayores en el futuro para quienes elijan IPP privado en vez de estatal (IPPA). Sumando otros privilegios para el IPPA, esa propuesta estatizaría y monopolizaría gradualmente la gestión de todas las inversiones.
La experiencia internacional muestra la salida: pasar a comercialización mayorista, por medio de licitaciones rotativas del servicio a afiliados antiguos. En Chile la Superintendencia de Pensiones ya organiza licitaciones para afiliados nuevos, para el seguro de invalidez y sobrevivencia y para la administradora de fondos de cesantía. Así, cada dos años habría una nueva licitación del servicio IPP a tres bloques de afiliados antiguos, aquellos cuyos RUT terminan en 1, 2 y 3 (dos años después seguirían aquellos que terminan en 4, 5 y 6, etc.). Esta licitación sería voluntaria para cada afiliado, pues bastaría que envíe un email antes de la licitación, o que visite una sucursal si quiere salirse después de ella.
En esta ilustración, cada ganador devolvería su bloque al término del sexto año. Se impondría un tope legal a la fracción del total de afiliados que podría servir cada grupo empresarial y se permitiría a los IPP postular con tasa de comisión diferente a cada bloque. El esquema sirve para distintas bases de comisión (ingreso, saldo). La comercialización mayorista es compatible con separar Previred (cobranza y sumar algo más) y con encargar a la dupla SII-TGR la fiscalización activa y la cobranza judicial.
Es importante cuidar la calidad de la gestión de inversiones. Ella se conoce ex-post, al comparar la rentabilidad efectiva del fondo (últimos 36 meses) con la de una cartera de referencia o benchmark, y al medir el riesgo relativo efectivo. Basta con copiar la solución que rige en los mercados mayoristas. Ella es asignar la licitación por la menor tasa de comisión, pero también establecer en las bases un incentivo en dinero por mejor desempeño financiero (similar al usado en la AFC) y en caso de desempeño financiero deficiente, exigir un “encaje” que opere como una boleta de garantía de seriedad (debería seguir coinvertido con los afiliados; debería cambiar de base).
La competencia mayorista reduciría las utilidades de los IPP a tasas normales. Al sumar el resultado del encaje, los IPP compartirían la suerte de los afiliados y habría precios justos.