El INBA o la triste orfandad
PADRE HUGO TAGLE@HugoTagle
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Padre Hugo Tagle
El ex rector del Instituto Nacional, Gonzalo Saavedra, a raíz de la violencia demencial y destrucción del mismo colegio y alrededores, señaló hace unos días que un alto porcentaje de padres o apoderados se despreocupan de los estudiantes. “Mientras no haya alguien que guíe a los jóvenes, ellos van a seguir rompiendo y destruyendo”, afirmó.
“La violencia está desatada a nivel país. Y ellos viven violencia en sus casas. O si no, viven de allegado con un familiar o en casas de amigos. Por eso yo fui majadero en decir ‘familia y semillas de amor’. Eso es lo que necesitan”.
“La violencia ha transformado al Instituto Nacional en un patético fantasma de lo que fue. Es hora de asumir el papel de los padres en la formación de sus hijos”.
Buena parte de la violencia cobarde a partir de ese triste 18 de octubre de 2019 tiene que ver con la mala constitución familiar, el abandono de los hijos, el callejeo, ocio y despreocupación paterna-materna. Una cosa son las manifestaciones; otra, la destrucción enajenada, egoísta, delirante. Es cierto que aquí nos encontramos ante jóvenes -y adultos infiltrados-, anárquicos y con severos problemas emocionales. Es un grado de maldad demoníaca que supera cualquier parámetro normal.
Pero no hay justificación alguna para ella. Buena parte de la violencia sufrida en Chile en los últimos años es producto del deterioro de las redes familiares, nula preocupación de muchos padres y el consecuente abandono de los jóvenes. Son muchos los que han crecido con pésimas experiencias paternas y no atentarían contra otros chilenos por ello, pero el abandono familiar explica en buena parte este siniestro desvarío.
La segunda razón de la violencia callejera ha sido esa aura romántica, idealista; esa simpatía regalada por grupos y partidos políticos, sectores de la izquierda democrática, que han contribuido con ello a que esta barbarie continúe. Muchos del ahora oficialismo son cómplices del aliento a barricadas, “el que baila pasa” y tantos otros atentados contra los derechos de los demás, que se instalaron en el inconsciente de los grupos radicales; en ese “todo vale” de la paranoia en que Chile está sumido.
La violencia demencial ha transformado al INBA en un patético fantasma de lo que alguna vez fue. A dos años del “estallido social” –cuyos frutos, la verdad, no se ven y solo ha traído pobreza, abandono e inseguridad-, es hora de tomar conciencia del enorme papel que juegan los padres en la formación de los hijos. Por ello el apoyo a la familia, centro y base de la sociedad es clave en la construcción del Chile que queremos. “Familia y semillas de amor”, dijo el ex rector del INBA. La mejor de las políticas de educación pública y de calidad.