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Columnistas

No hay salud en Chile

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 25 de junio de 2013 a las 05:00 hrs.

Polémica ha generado la aprobación de la nueva Ley de Fármacos por la Cámara de Diputados y no sin razón, pues el sistema de salud en general en el país se presta para las críticas. A modo de ejemplo, tenemos el incremento en los precios de los planes de salud por parte de las Isapres, la colusión de las farmacias y recientemente la investigación sobre el incremento en los precios de los medicamentos licitados por Cenabast, hechos que dan señales de que algo anda mal en esta industria. Por ello, se hace necesario revisar algunos detalles de esta nueva normativa.

En primer lugar, la venta de medicamentos que no requieren de receta médica en góndolas solamente se podrá realizar en farmacias, hecho que claramente no se traduce en un incremento en la competencia, pues se pierde la posibilidad de que, por ejemplo, supermercados puedan incorporar estos productos a su oferta de bienes, medida que por lo menos habría generado dos hechos: primero, menores precios de estos medicamentos -que representan entre un 20% a un 30% de las ventas totales de medicinas- y segundo, como la tasa de penetración de los supermercados en el país es mucho mayor que la de las farmacias, habría incrementado la cobertura geográfica de estos productos.

Además, en la nueva normativa se permite la venta de medicamentos de forma unitaria, es decir, se acomodan los formatos a los requerimientos del paciente. Otro error, pues esto claramente se traduce en un incremento en los costos y de paso en los precios, pues tiene asociado aspectos relacionados a determinadas inversiones que deben asumir las farmacias y que corresponden a mantener la calidad y al manejo de stocks de los medicamentos.

Tercero, y posiblemente lo más grave, es que la demanda por medicamentos es una demanda derivada, es decir, son los médicos los que prescriben los remedios que sus pacientes deben usar y por lo tanto comprar y el hecho que no se permita que estos facultativos indiquen en su receta alternativas -como es el caso de los medicamentos genéricos- la nueva ley deja solamente que en el mesón de la farmacia se pueda ver la existencia de un medicamento bioequivalente. Esto es seguir con las malas prácticas conocidas como la “canela”, pues se mantendrán los incentivos a que se siga ofreciendo el medicamento de marca y no entregando alternativas de los que serían sustitutos más cercanos y que cumplen la misma función a un menor precio.

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