Ni suficiente ni equitativa
Mientras más en profundidad se analiza la propuesta de modificación tributaria del gobierno, más problemas van apareciendo...
Mientras más en profundidad se analiza la propuesta de modificación tributaria del gobierno, más problemas van apareciendo, pues no parece ser ni suficiente ni equitativa. En primer lugar, no es claro que la mayor recaudación esperada sea la suficiente para la sustentabilidad de mediano plazo del gasto público. En los últimos dos años, el Ejecutivo ha comprometido una serie de gastos permanentes, del orden de US$ 850 millones anuales, sin acompañarlos de nuevas fuentes de ingresos permanentes. A dichos gastos ya comprometidos deben sumarse los anunciados por el gobierno en materia de beneficios en educación superior, carrera docente y subsidio permanente al Transantiago.
La suma y resta genera una mayor recaudación de sólo 0,3% del PIB anual. Esto significa que el gobierno que asuma en 2014 tendrá un espacio de gasto casi inexistente para implementar su programa.
Las dudas sobre la sustentabilidad se acrecientan al analizar los distintos grados de precisión que tienen las estimaciones del gobierno sobre los efectos fiscales de los cambios propuestos. Existe mayor certeza en las estimaciones de las medidas que generan menor recaudación, que en aquellas que generan alzas, especialmente las que reducen la elusión. En estos últimos casos, si no se pondera adecuadamente la posibilidad de cambio de conducta de los contribuyentes, que simplemente pueden cambiar una forma de elusión por otra, se puede estar sobreestimando de manera significativa la mayor recaudación. Un caso de especial cuidado es la modificación de los retiros en exceso de las sociedades de personas, medida que va en la dirección correcta. Si los contribuyentes encuentran otras formas para eludir esta norma, la propuesta tributaria en conjunto tendría un efecto casi nulo en generar mayores ingresos fiscales.
La segunda gran preocupación es el efecto de la propuesta del gobierno en la distribución del ingreso. No debemos aprobar aquellas medidas que beneficien preferentemente a los más ricos. Actualmente nuestro sistema tributario no mejora la distribución del ingreso. Pero no por ello debemos renunciar a que lo logre. Es así como a los 20 mil contribuyentes de mayores ingresos les rebaja la tasa marginal en 4 puntos porcentuales, lo que implica que en promedio se ahorrarán cerca de $ 3.300.000 anuales. Al millón de contribuyentes que está en el tramo más bajo de tributación les rebaja la tasa en sólo 0,75 puntos porcentuales, lo que significa que en promedio se ahorrarán sólo $20.000 anuales ¿Eso es beneficiar a la clase media?
El nuevo crédito tributario por gasto en educación tampoco favorece a las familias más carentes, pese a a pesar que se restrinja su uso a los contribuyentes con ingresos mensuales menores a UF 66. Aunque esta franquicia parezca bien intencionada, en la práctica será un elemento más de nuestro sistema tributario que vendrá a acentuar la muy desigual distribución del ingreso en Chile, a la vez que incentivará la segregación en el sistema educacional, la cual ya es alta debido a la existencia del financiamiento compartido. Sería más equitativo destinar los US$110 millones anuales que implica esta medida a mejorar la educación que reciben los niños de las familias más vulnerables, que nos son aquellas que tributan.