Negociación ramal: el Ministerio del Desempleo
Tomás Flores Economista, libertad y Desarrollo
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Tomás Flores
Hace algunos días, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, señaló que espera enviar a trámite legislativo un proyecto de ley que establezca la obligatoriedad de la negociación colectiva por rama de actividad económica. Creo que esta iniciativa es tan negativa como la moribunda reforma previsional, ya que reducirá la cantidad de ocupados en nuestra economía y aumentará la concentración económica.
En la actualidad, los acuerdos laborales son negociados en su gran mayoría por el o los sindicatos de la empresa, y si bien existe la posibilidad de una negociación no reglada por rama industrial, ello es aún de baja frecuencia y concentrado en algunas actividades en particular. La actual administración desea modificar el Código del Trabajo estableciendo la negociación colectiva obligatoria por rama de actividad económica, lo cual también fue incorporado en la propuesta constitucional que fue plebiscitada el año pasado.
“La propuesta de negociación ramal terminará generando mayores dificultades para las empresas de menor tamaño, incrementando el desequilibrio en el mercado laboral”.
Efectivamente, la Convención Constituyente presentó, en el plebiscito del 4 de septiembre pasado, la siguiente propuesta sobre la negociación colectiva, entre otras materias: “Corresponde a las trabajadoras y los trabajadores elegir el nivel en que se desarrollará dicha negociación, incluyendo la negociación ramal, sectorial y territorial”
Así, a la negociación por rama de actividad económica, se agregaba en la propuesta la negociación territorial, que implicaba que las empresas o los trabajadores de distintos rubros pueden tener problemas compartidos; así los trabajadores podrían acceder al derecho de negociación territorial con el cual plantear demandas simultáneamente a todos los empleadores de una zona geográfica determinada.
Los que proponen esta nueva modalidad de negociación colectiva obligatoria por rama de actividad económica señalan que cada rama, en una primera etapa, fijaría las condiciones mínimas de trabajo que luego, en una segunda etapa, y en base a ese piso, cada empresa en particular puede mejorar o superar.
Los datos obtenidos por las Encuestas Laborales dan cuenta de una gran heterogeneidad de la productividad laboral y salarios dependiendo del tamaño de las empresas, por lo cual si un sector productivo es obligado a negociar de manera conjunta a empresas de diferente tamaño, se puede producir que, en las empresas grandes, que por lo general son más productivas, podrían pagar mejores salarios y si estas condiciones se las imponen a empresas de menor tamaño, estas últimas podrían quedar fuera del mercado, al no poder pagar los costos laborales acordados por rama. Esto incluso puede llevar a que las empresas grandes promuevan la negociación ramal, para así reducir la competencia, sacando del mercado a las empresas más pequeñas.
Por tanto, la propuesta de negociación ramal terminará generando mayores dificultades para las empresas de menor tamaño, incrementando el desequilibrio en el mercado laboral. Iniciativas como ésta hacen pensar que se podría el nombre de la cartera responsable, pasando a llamarse el Ministerio del Desempleo.