A dos años de su lanzamiento, el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) ha logrado gran atención entre la comunidad financiera internacional, estableciéndose como un nuevo polo de inversión en Latinoamérica. Concebido desde su origen como un proyecto de integración de las bolsas y depósitos de valores de Chile, Perú y Colombia para una mejor y mayor exposición de sus mercados, así como una mayor oferta de productos y oportunidades para los inversionistas locales y extranjeros, hoy observamos con satisfacción que MILA no sólo ha logrado ese objetivo principal con excelentes resultados, sino que además ha influido fuertemente en la transformación financiera de la región andina en los últimos dos años.
Así, más allá de ser un canal importante para realizar transacciones de un país a otro, MILA se ha posicionado como una importante plataforma de integración, potenciando los negocios financieros de los tres países y acompañando a empresas e intermediarios locales en sus procesos de internacionalización regional. En este sentido, a raíz de la iniciativa MILA comenzó una incansable búsqueda por desarrollar posiciones competitivas a nivel regional, empujando a algunos de los más importantes holdings financieros de la región a completar importantes transacciones, fusiones y adquisiciones en esta industria.
MILA se ha constituido como un puente para generar más de 43 convenios entre intermediarios. Asimismo, cerca de 40 corredoras de bolsa han viajado en este último año a los países que conforman este mercado para conocer en terrenos a las empresas emisoras listadas en MILA, en tanto que esta últimas también han visitado estos países en busca de nuevos inversionistas, comprobándose el interés por generar lazos permanentes, lo que ya se refleja en la agenda de sus road shows. A la fecha, se han creado siete fondos de inversión que siguen el Mercado Integrado Latinoamericano y un índice especial (S&P MILA 40) y dos índices sectoriales (el S&P MILA Financials y el S&P MILA Resources), lo que también da cuenta del fuerte interés y movimiento que esta iniciativa ha despertado en el mercado como una nueva alternativa de inversión regional.
Frente a este positivo escenario, MILA tiene nuevos desafíos: la promoción y difusión entre inversionistas extranjeros para incrementar y consolidar su presencia en la región; la inclusión de nuevos tipos de instrumentos en el acuerdo, como las cuotas de fondos y los ETF; la incorporación de los Custodios Internacionales y un reforzamiento de los procesos de liquidación de las operaciones realizadas entre corredores de este mercado, son algunos de ellos. La eventual incorporación de México aparece como el siguiente paso para avanzar decididamente en la integración regional, lo cual esperamos se materialice durante el próximo año.
De este modo, el potencial del Mercado Integrado Latinoamericano va más allá de lo que son las oportunidades de inversión. MILA se constituye hoy como una marca sólida, bajo la cual se encuentran tres países de economías estables, de rápido crecimiento, con modelos, sistemas financieros y de pensiones que son muy similares y que tiene cada vez un mayor volumen de activos administrados, cada uno con ventajas competitivas. A eso se suman las perspectivas de desarrollo y el marco institucional que ofrecen estos países.
La meta para los próximos años es seguir potenciando y ayudando los diversos procesos y negocios que permitirán fortalecer nuestros mercados de capitales. Tenemos una visión común entre los integrantes de MILA, en cuanto a la relevancia que adquieren la estabilidad y el contar con reglas claras en los mercados para hacer crecer regionalmente nuestras empresas e intermediarios y atraer la participación de inversionistas extranjeros. Existe un compromiso de trabajo conjunto el cual esperamos continúe siendo exitoso.