Cuando la política domina a la economía

Miguel Ricaurte

55 días del fin de 2018 podemos afirmar que ha sido un año en que la política ha dominado a la economía. Este año, en que el crecimiento mundial será el mayor desde el final de la crisis financiera internacional en 2011 (4,3%), las noticias políticas han tenido a los economistas y autoridades en vilo. Varios analistas han entrado en el negocio de presagiar desaceleraciones y hasta recisiones globales, pero lo cierto es que la discusión política ha empañado a los mercados.

Partimos el año con una noticia que aún mantiene estresados a los mercados financieros: el presidente Trump llevaría a la práctica su promesa de campaña de “rebalancear” las cuentas externas de EEUU. Sin razones técnicas de peso (es consenso entre economistas que el comercio con restricciones acotadas es siempre una opción “Pareto” superior), Trump optó por apelar a la base de su electorado (concentrado en sectores que perdieron durante la ola de globalización de los 2000). Partió con aranceles al acero y al aluminio, para luego aplicar una secuencia de medidas arancelarias a la segunda mayor economía mundial (y principal socio comercial de Chile): China.

Trump buscó renegociar el tratado de libre comercio de América del Norte, o bien dejarlo si estas negociaciones fallaban. Afortunadamente se llegó a feliz término, con las partes (México y Canadá, principalmente) cediendo algunos beneficios a cambio de mantener una de las relaciones comerciales más rentables del mundo, pero no sin antes haber generado estragos por la incertidumbre que vino del estilo de negociación dogmático y agresivo que aplicó Trump. Todo indica que la negociación con China correría la misma suerte que el nuevo tratado comercial norteamericano, pero no cabe duda de que el flujo de noticias (o la falta de éstas) marcará a los mercados.

En esta misma dirección, procesos electorales en Europa han alejado a varias economías del proyecto europeo, motivadas por razones políticas más que económicas. La salida del Reino Unido aún en proceso de negociación podría impactar al funcionamiento de los mercados financieros, dada la importancia de Londres para este sector. Por su parte, un gobierno de corte populista y nacionalista en Italia está afectando las perspectivas económicas del país e incluso ha llevado a revisar las de la zona Euro. La economía al corazón de Europa, Alemania, estaría viendo un giro hacia partidos (y posiblemente, políticas) alternativos tras el anuncio de la canciller Merkel de no buscar un nuevo periodo como líder.

Nuestra región no ha sido ajena a esta dominancia política. Las dos mayores economías latinoamericanas eligieron presidentes que son considerados como fuera del establishment político (pese a llevar muchos años en la arena). El mercado está atento a anuncios y nombramientos del electo presidente Bolsonaro de Brasil (quien asumirá en enero), mientras que López Obrador ya comienza a mostrar su estrategia aun cuando no ha asumido la Presidencia. La decisión de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, el que ya lleva un tercio de avance, a pesar de un sinnúmero de argumentos técnicos contrarios a esta medida, da cuenta de que el dogmatismo político podría dominar México hacia adelante.

En Chile deberemos seguir de cerca estos desarrollos, puesto que una economía pequeña y abierta estará a la merced de los mercados internacionales.