Manuel Bengolea

Crecimiento económico; de galgo a salchicha

Manuel Bengolea gerente general octogone chile

Por: Manuel Bengolea | Publicado: Viernes 7 de octubre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Como siempre el semanario inglés The Economist, nos sorprende no solo con el contenido de sus editoriales sino que con la gráfica adjunta a ésta. Hace unas semanas apareció en la tapa una foto de la Sra. Yellen sobre un caballo de carreras con las patas muy cortas, para graficar, elocuentemente, que las posibilidades de la Fed (Banco Central de USA) para reimpulsar el crecimiento económico de ese país están muy acotadas.

Curiosa coincidencia que nuestro Banco Central en su último IPOM hiciera mención explícita a la poca capacidad que le queda a la política monetaria para lograr que el crecimiento económico chileno retorne a lo menos a su potencial. Entonces, si el Central declara que descansar en él para retomar el crecimiento es espurio, y además menciona explícitamente su especial preocupación porque la acumulación de compromisos políticos termine tensionando las finanzas públicas, quién o qué es lo que revertirá la crisis de pesimismo que atraviesa tanto a empresarios como consumidores.

Sin duda, la credibilidad del ministro Valdés ha mejorado con el anunciado incremento del Presupuesto 2017 en 2,7% real, pero la prueba definitiva será lo que se negocie finalmente con los empleados públicos que no aceptaron el 2,9% nominal ofrecido por Hacienda. No es que el aumento del gasto vaya a tener un impacto efectivo en crecimiento, como le quedó demostrado al ex ministro Arenas, cuando con un candor de principiante repetía que 7,4% extra de dispendio fiscal para el 2015 sería contra-cíclico y que la economía se expandiría y aparecerían los anhelados brotes verdes. Lo relevante y significativo para retornar al crecimiento potencial es elevar las expectativas de empresarios y consumidores para que se decidan de una vez por todas a abrir las billeteras para gastar e invertir.

Cómo gastar los recursos extras que contempla el presupuesto 2017 es una señal importante para empresarios y consumidores. Y es aquí donde aparecen fisuras que preocupan y no aplacan la incertidumbre. A pesar del aumento en presupuesto, éste contempla una caída en la inversión pública. Esto quiere decir que el gobierno privilegia el gasto (transferencias corrientes) a costa de sacrificar la inversión que tiene un impacto en el crecimiento de largo plazo de la economía. Eso es justamente a lo que se refería Lagarde (FMI), a principios del 2015, con evitar que la “nueva mediocridad” se convirtiera en la “nueva realidad”. Es decir en vez de enfocarse en políticas de estímulo al crecimiento y reformas estructurales, se privilegia el incremento en gasto.

En definitiva, el gobierno de la Nueva Mayoría, y los legisladores afines a éste, recibieron una economía que era el equivalente a un galgo, y luego de una orgía refundacional, la entregarán al próximo convertida en un salchicha. Los políticos argumentarán que ellos no son culpables, que fue la caída del cobre y los políticos conservadores, que impidieron el despegue, de hecho no faltarán los que culpen a los empresarios de boicotear el proceso, pero en definitiva, el experimento socialista radical, al igual que el del expresidente Allende, terminó con la inversión contrayéndose tres años consecutivo sin mediar crisis externa alguna.

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