Los Unicornios que buscan cambiar el mundo
José Mujica Socio de Ameris Capital
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José Mujica
Unicornio, la palabra más excitante en Silicon Valley estos días, nada tiene que ver con el mitológico animal azul de los cánticos de Silvio Rodríguez.
Se trata del selecto pero creciente grupo de empresas cuya valorización excede US$1 billón (mil millones) sin estar listadas en bolsa. Estos titanes corporativos, que hace dos años no eran más de 20, hoy son 153 y suman unos US$ 529 billones.
¿Se trata de una nueva burbuja tecnológica como la vivida el año 2000 o estas valorizaciones reflejan el real valor detrás de su negocio? Una parte de la respuesta se encuentra en que los fundadores y los inversionistas detrás de los Unicornios tienen la expectativa de cambiar la forma en que funciona el mundo. Ambicioso pero simple: cambiar el mundo. Facebook, WhatsApp, Dropbox, Spotify, o Airbnb han revolucionado la forma de comunicarnos, transportarnos o viajar.
Algunos de estos Unicornios volarán, tal como lo han hecho otros que les precedieron. Facebook valía US$ 50 billones en 2011, US$ 104 billones cuando salió a la bolsa en 2012 y hoy está cerca de los US$ 300 billones. Pero también hay casos no tan felices o que generan interrogantes sobre el futuro. Theranos, empresa de exámenes de sangre fundada por Elizabeth Holmes cuando tenía 19 años (hoy 31), que fue valorada en más de US$ 9 billones, tuvo un difícil octubre a raíz del artículo del Wall Street Journal con acusaciones de información imprecisa sobre la real efectividad de su tecnología. Habrá que ver cómo eso afecta el valor de su empresa.
Uber (US$ 50 billones), el Goliat de los Unicornios (¿me haré famoso si acuño el término Golicornio?) ha despertado la oposición de miles de taxistas por conectar directamente conductores con usuarios. En dimensiones similares del transporte están DidiKuadi (17 billones), Ola (5 billones) o Lift (2,5 billones). Ahí también pelea BlaBlacar, el único Unicornio salido de Francia.
Estudiando un MBA en INSEAD en 2006, vi de cerca cómo se incubaba esta idea en un ambiente de emprendimiento, con fundadores que querían cambiar la forma en que funciona el mundo.
¿Habrá Unicornios que probarán un modelo de negocios muy rentable y harán tremendamente rico a sus inversionistas? ¡Seguro! Pero algunos otros no revolucionarán sus respectivas industrias. Con ello decepcionarán las expectativas y valorizaciones de quienes los han puesto en ese preciado club. El posible fracaso de algunas empresas será absorbido principalmente por fondos de Venture Capital y sus inversionistas calificados, quienes se supone que están preparados para evaluar los riesgos de su inversión.
Pero Mr. John Smith, el símil americano de nuestra señora Juanita, no se salvará del todo, pues los Unicornios, pese a no estar listados en bolsa, sí cuentan con algunos fondos mutuos, y sus miles de pequeños inversionistas detrás. Ya sea inversionista grande o chico, puede que les vaya muy bien con sus apuestas, pero también es posible que los veamos cantando tristemente como Silvio "Mi Unicornio azul ayer se me perdió... se fue".