¿La marea azul llegará a 2012?

Lunes 23 de mayo. El equipo de campaña analiza los resultados en Cáceres por mesas electorales. De las 117 mesas, el Partido Popular (PP) ha ganado en… ¡116! La pregunta surge tan espontánea como arrogante, ¿dónde no hemos ganado?.



Cáceres ha sido gobernada los últimos cuatro años por el Partido Socialista (PSOE). La magnitud de la derrota en esta ciudad, como en otras tantas en toda España, ha sorprendido a los propios ganadores. ¿Qué hay detrás de estos resultados? Y, sobre todo, ¿sirven para predecir una victoria de la centroderecha en España en 2012? Vamos por partes.

El país afrontaba estas elecciones en un profundo estado de depresión anímica y económica, tanto real como percibida. El 66% de los españoles señala la situación como mala o muy mala. En este escenario, la propia clase política comienza a ser señalada con el dedo: más del 26% de los ciudadanos cree que los políticos son uno de los principales problemas del país.

Decimos los que nos dedicamos a la búsqueda de votos de forma profesional que las elecciones municipales son las más cercanas a los electores y que las motivaciones son diferentes a unas presidenciales. Pues bien, de eso nada de nada. Socialistas y populares, ayudados por la difícil coyuntura económica, han convertido estas elecciones en un referéndum nacional anticipado.

A eso se le une un hecho singular como el que uno de los dos principales partidos, el socialista, acudiera a las elecciones sin cabeza ni liderazgo. El presidente Zapatero había anunciado unas semanas antes de la campaña, forzado por su propio partido, su renuncia a continuar como candidato del PSOE en el futuro.

Como último ingrediente en la salsa, una mañana de aparente y pacífica manifestación de descontento social, finaliza con unos cientos de jóvenes “indignados” acampados en la Puerta del Sol durante la semana final de campaña. Si bien el movimiento sintoniza con estados de opinión de la sociedad española (descrédito de la política y de los políticos, rechazo de la partidocracia y su inclusión en todos los órdenes sociales, falta de oportunidades para los jóvenes…), su efecto sobre los resultados ha sido muy reducido. No ha influido sobre la participación electoral que se ha incrementado, aunque sí ha podido ser la causa de que 150 mil votos fueran al voto en blanco, que ha alcanzado el récord histórico de más de 580 mil electores.

En las elecciones municipales el partido socialista ha perdido un millón y medio de votos y en las elecciones autonómicas ha perdido un millón. El PP ha ganado 600 mil votos en las municipales y ha perdido 55 mil en las autonómicas. Por hacerlo fácil, el PP no gana todo el voto de castigo que pierde el PSOE.

Aún así, el mapa autonómico y municipal se ha teñido de azul de una forma espectacular.

Desde mi punto de vista las claves para que la victoria de la centroderecha sea posible en 2012 serían cuatro.

La primera será la llegada al poder del PP en Comunidades Autónomas y ciudades en las que nunca gobernó, lo que producirá un efecto de demostración muy positivo, reduciendo el miedo al partido ya que el PP suele generar muy buenas valoraciones de su gestión donde gobierna.

La segunda será la fortaleza y rapidez con la que pudiera surgir el sucesor de Zapatero en las filas socialistas. Por ahora las primeras intenciones son la introspección y el rechazo a la democracia interna o sea primarias. Mal camino que puede poner la alfombra roja a Mariano Rajoy.

Cómo no, la crisis. Cuánto durará y cuán fuerte les seguirá pegando a los españoles es una variable importante y fundamental en la estrategia conservadora.

Y, por último, la clave del propio Partido Popular. Algo va a tener que poner de su propia cosecha en este cóctel para que el resultado le salga. Que los electores socialistas vuelvan a castigar a su partido, vale. Que los suyos sean fieles y participativos, vale. Que la crisis económica esconda el bajo liderazgo de Mariano Rajoy, vale. Pero, ¿no harán nada más?.

Haciendo política-ficción, yo pensaría en una figura reconocida y más centrada acompañando en el cartel a Rajoy… Pero a lo mejor es sólo ficción.