La Internet de las Cosas y su impacto en la sociedad chilena
Pelayo Covarrubias Presidente Fundación País Digital
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Pelayo Covarrubias
Según una publicación de Mc Kinsey Global Institute, la Internet de las Cosas podría impactar económicamente, para el año 2025, entre US$ 2,7 y US$ 6,2 billones, es decir, entre 10 y 23 veces el PIB de Chile. Constituye la tercera tecnología emergente de mayor impacto, detrás de la Internet móvil y la automatización de trabajo de conocimiento.
La Internet de las Cosas se relaciona con sensores que miden de todo y están conectados a Internet, gracias a lo cual pueden enviar información a otros sistemas inteligentes, donde dicha información se incorpora en procesos, se usa para análisis, o se usa para toma de decisiones, a veces automáticas, gracias a la inteligencia artificial y otras con intervención humana. Se estima que, en la próxima década, el número de sensores instalados en todo el mundo podría ser de 50 mil millones, esto es, alrededor de 7 sensores por habitante en la Tierra.
Son muchos los sectores de la economía de Chile que están fuertemente expuestos al cambio de paradigma de la Internet de las Cosas. El monitoreo remoto de enfermedades crónicas ayuda a reducir su costo, mejorando a la vez la calidad de vida de los pacientes. El monitoreo y control de redes de energía y sistemas de agua puede tener un gran impacto en la conservación de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y la menor pérdida de agua.
Los sensores incorporados en productos de todo tipo y comunicados con Internet, permitirían la ubicación de especies robadas en cuestión de minutos. Sensores en todas las calles de la ciudad pueden tomar el pulso al tráfico y modificar las luces verdes, a la vez que guiar los buses de pasajeros, con el chofer cómodamente sentado en su casa con un joystick. El uso a gran escala de los identificadores de radio frecuencia permiten tener inventarios continuos de millones de ítems distintos. Sensores puestos en cada frutal pueden medir la humedad de la tierra, activando un riego por goteo en tiempo real.
Un ejemplo de empresa chilena que está avanzando en IoT es Codelco, que ha puesto sensores en los camiones de movimiento de mineral, aumentando la visibilidad y la exactitud de la conducción, por conductores que no están en el camión, sino en una oficina a cientos o miles de kilómetros de distancia.
La Internet de las Cosas va a redefinir muchos puestos de trabajo, mejorando su productividad y su aporte a la creación de valor. Pero se requiere comenzar a trabajar desde ya para el manejo de ese cambio. De lo contrario, puede suceder que, teniendo una tecnología disruptiva habilitante, no haya mano de obra capaz de usarla, con lo cual las empresas que no sean capaces de adaptarse se quedarán en el pasado.
Es deber de toda la gerencia de una empresa –no sólo la informática– adoptar las nuevas tecnologías dentro de sus procesos. No estamos hablando de futuro. Estamos hablando de presente y, más aún, de un presente urgente en el desarrollo de una economía digital.