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Alto contrasteDe acuerdo con los datos más recientes proporcionados por la Sofofa, la producción industrial mostró en noviembre de 2012 un aumento de 1,1% en relación a igual mes del año anterior; por su parte, las ventas industriales exhibieron un avance interanual de 2,5%, en tanto que las ventas internas acumularon un incremento de sólo 1,8%. Para 2013, las proyecciones de crecimiento de la producción industrial son bajas, estimándose entre 1% y 2%.
Estas cifras nos deben llamar a estar muy alertas frente a una situación que se viene incubando en nuestro país hace ya varios años: la pérdida de competitividad de nuestra industria y el escaso emprendimiento exhibido en el sector manufacturero nacional. Como Asimet, estamos convencidos que Chile requiere indispensablemente de un sector industrial dinámico y sólido, como pilar fundamental para su estrategia de desarrollo. Para ello necesitamos como país hacer un cambio desde la desconfianza, la timidez, y en ciertos casos hasta la hostilidad, hacia una actitud de acogimiento, valoración social e impulso entusiasta al emprendimiento industrial. Es urgente debatir respecto de cuál es el tipo de industria que queremos para el país del futuro.
¿Fijaremos nuestra apuesta sólo en los recursos naturales y sus actividades relacionadas, o queremos ir un paso más allá y encontrar fórmulas para desarrollar industrias capaces de agregar valor, generar empleos de calidad y abrir oportunidades de acceso a mercados más sofisticados?
Creemos firmemente en la necesidad de contar con una política industrial manufacturera independiente de los gobiernos de turno, para lo cual nuestro gremio encargó a una consultora nacional la realización de un estudio - diagnóstico del sector, cuyo resultado servirá para generar un conjunto de propuestas de políticas públicas y de iniciativas privadas para un desarrollo sustentable de la industria manufacturera chilena. El estudio estará terminado en abril y nuestra intención es hacerlo público y extensivo para que pueda ser aplicado en otras áreas de la industria manufacturera nacional.
Poner en marcha un plan de “despegue” de nuestra industria requerirá incorporar nuevas tecnologías, innovación, desarrollo de capital humano y, seguramente, esfuerzos de reconversión en algunos sectores. Pero, previamente, debemos ser capaces de identificar dónde están las mejores oportunidades y construir los modelos de negocio que las conquisten. En ello estamos trabajando y nos anima saber que existen otros sectores que nos apoyan.
