Discursos sobre Innovación y Ciencia
Todos fuimos testigos de las palabras del presidente...
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José Miguel Benavente
Todos fuimos testigos de las palabras del presidente de la República en su discurso del 21 de mayo. Y todos notamos que no se dijo absolutamente nada con respecto a la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Mal síntoma. Ya se ha planteado la relevancia de estos temas en forma majadera en este espacio, pero insistiremos en ello. No existe ningún país en la historia reciente del mundo que no se haya desarrollado sin haber invertido fuertes sumas de recursos financieros, humanos y de infraestructura orientados a potenciar la generación de conocimiento. Ninguno. Y no existe ningún país que lo haya logrado basado en un régimen de precios y liderado por el sector privado. Ninguno.
La evidencia es apabullante, y en especial, para aquellos países fuertemente dotados de recursos naturales. El sector público tiene una tarea fundamental para generar las condiciones necesarias para que luego, en una etapa posterior, el sector privado, incentivado por las señales de mercado, y no por altruismo, invierta en actividades generadoras de conocimiento que luego puedan convertirse en rentas económicas.
Entre las condiciones que debe generar lo público, no sólo están las obvias relacionadas con el quehacer científico, sino también aquellas vinculadas con la infraestructura para que las ideas se transformen en prototipos. También el estado tiene un rol insustituible en la generación de capital humano de excelencia orientado a enseñar y escribir trabajos académicos, pero también para aquellos que deseen incorporarse al mundo privado. De igual manera, necesita generar las condiciones para que exista financiamiento inteligente -local o internacional- para que aquellos que posean una buena idea puedan hacerla realidad y así mejorar el estándar de vida de los consumidores y de los ciudadanos.
Nuestro país está al debe en todas estas dimensiones. Se ha avanzado bastante, pero aún falta muchísimo. La historia de aquellas naciones que lo logaron señala inequívocamente que el sector público fue el que lideró estos esfuerzos. No fueron las universidades ni menos el sector privado. Fue el Estado. Y lo hizo con recursos financieros, pero sobretodo con voluntad, orientaciones, coordinaciones administrativas, institucionalidad. Con señales fuertes y claras.
Los argumentos técnicos sobre el por qué el Estado es el llamado a ejercer este rol, ha sido largamente debatido en esta tribuna. Pero también están los argumentos políticos. Si la autoridad no expresa interés alguno sobre estos temas, y de hecho políticamente no tiene ningún incentivo a hacerlo -pues no da votos-, es que aún no alcanzamos la madurez suficiente en nuestra clase política ni en nuestra institucionalidad de apoyo a estas actividades.
En consecuencia, es menester de todos aquellos que piensan que la ciencia, la tecnología y la innovación están en el corazón de la trasformación económica de Chile, en hacer notar estos puntos. Parece que en nuestro país no sólo basta con argumentos técnicos, sino que también políticos. Pues manos a la obra.