CEO de la Innovación
La mejor forma para que una promesa política sea ejecutada es que la persona responsable de llevarla adelante tenga...
- T+
- T-
José Miguel Benavente
La mejor forma para que una promesa política sea ejecutada es que la persona responsable de llevarla adelante tenga nombre y apellido. El ya conocido problema del comprahuevos surge justamente cuando no existe un responsable único de la implementación de una propuesta y la responsabilidad se diluye entre varios. Este problema se agrava cuando aquel supuesto responsable además avizora que su permanencia en su puesto no está garantizada.
Unos de los pilares fundamentales de la Estrategia Nacional de Innovación descansa en la existencia de una sola persona que organice, guíe y oriente la política de gobierno en los temas de ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento. Este CEO de la innovación es el Ministro de Economía. Quizá uno de las manifestaciones mas palpables del rol que cumple es que bajo su dirección se discute y organiza el presupuesto conjunto de la mayoría de las agencias e instituciones vinculadas con estas actividades. Y hay que mencionarlo y alabarlo, esta práctica recién comenzaba a dar su primeros pasos en una arquitectura institucional que históricamente ha estado marcada por la separación de tareas. Y con ello, la pérdida de sinergias y economías de ámbito.
No obstante lo anterior, el reciente cambio de la persona responsable de la implementación de estas políticas vuelve a poner de manifiesto lo frágil que a veces los avances que se han logrado a través de estos años no tengan la consistencia en el tiempo que merecen. Y no ha sido problema de este gobierno sino desde hace ya un tiempo.
No es sorpresa para nadie que en innovación y sus actividades relacionadas, Chile esta muy al debe. También sabemos que la única forma en que alcancemos niveles de crecimiento sustentable es mediante la incorporación de mayores acervos de conocimiento a las actividades productivas de servicios que realizamos a diario.
Es por ello la relevancia que cobra la persona que lidere este proceso en el gobierno de turno, en especial en lo que concierne a la consistencia temporal de las políticas y sus presupuestos asociados. Sabemos que esta autoridad puede caer en el problema de la inconsistencia dinámica propio de un cargo de gobierno y no de estado. De allí la responsabilidad que le compete al Consejo Nacional de Innovación al tratar de evitar que ello ocurra a través de los gobiernos.
El desafío sigue siendo enorme, en especial lograr una visión compartida al interior del gobierno acerca de la relevancia del tema y lo mal que estamos en varias de sus dimensiones. También entender que esto no se trata solo de resolver problemas aislados con recursos públicos sino mas bien de un gran problema de coordinación y trabajo colectivo.
La pega que enfrenta la nueva autoridad en este ámbito es cuantiosa. Y me imagino, con un prepuesto restringido. Pero no llegaremos muy lejos si contamos con un Sistema Nacional de Innovación que no haga efectivamente lo que su nombre sugiere; lograr que la innovación forme parte central de la estrategia de desarrollo del país. Desde luego que el nuevo CEO de la innovación tiene mucho que decir allí.