Chile cambió. ¿Cambiaron los ejecutivos?
Javier Zabala
- T+
- T-
Javier Zabala
En conversaciones y proyectos con empresarios y ejecutivos observo dos tipos bien diferentes. Los que siguen enojados y deprimidos porque hay incerteza constitucional, tributaria, laboral, medioambiental, energética, judicial, fiscalizadora, ciudadana, y sindical. Ellos esperan, por ejemplo, que la caída de la popularidad del gobierno aumente su posibilidad de negociar las reformas.
Otros, si bien anhelan condiciones más favorables, ya aceptaron que este nuevo ecosistema público-privado es mucho más incierto. Y para hacer que su empresa destaque en él empezaron a encontrar, contratar, motivar y retener a directivos capaces de generar más innovación, efectividad y sustentabilidad. Entonces cabe preguntarse ¿qué características inherentes tienen que tener esos directores y ejecutivos?
El escenario anterior se caracterizaba por una mayor predictibilidad. Las estrategias eran de mediano plazo, y los clientes tenían requerimientos de servicio más o menos predecibles. Entonces las habilidades empresariales eran de buscar escalabilidad y eficiencia. Destacaban los ejecutivos capaces de, por ejemplo, armar centros de servicios compartidos o planificar detalladas cadenas de agregación de valor, con manufactura off-shore. Los retailers y las empresas del ciclo logístico fueron alumnas estrella en ese escenario.
Pero hoy todo eso sirve menos, pues se necesitan directores y gerentes particularmente cercanos a sus clientes, flexibles, capaces de hacer rápidos y frecuentes ajustes estratégicos para los cambios que piden los reguladores, los tribunales, y los clientes. Que sean capaces de innovar en productos y servicios, y de forma sustentable. El re-shoring de servicios y fabricación es una muestra que responde a lo anterior.
Ayer como hoy buscamos para nuestros clientes ejecutivos muy cercanos a su mercado, enfocados en lograr resultados, pero siendo buenos en motivar a otros y fijar prioridades para generar agilidad estratégica. Ayer se buscaba más que fuesen competentes en optimizar lo estático vía resolver problemas, tomar decisiones a tiempo, y organizarse y dar instrucciones a los demás. Pero hoy los ejecutivos deben ser mucho más competentes en manejarse frente a la ambigüedad, balancearla con tener y transmitir una visión y un propósito para su empresa, enfrentarse con decisión y coraje a los problemas, y siempre buscar generar perspectiva, a través de ser buenos en escuchar con humildad.