Inversión en I+D y productividad: nada es tan simple
GABRIELA CLIVIO Economista y CFA, directora de Mazars Chile
- T+
- T-
Gabriela Clivio
Se acepta en economía que el aumento de la productividad es pieza fundamental para el crecimiento de un país. Dado lo anterior, y la relación que existe entre el gasto en I+D y productividad, se fomenta este último buscando afectar positivamente la innovación, mejorar el crecimiento de la productividad y el PIB per cápita.
Chile se caracteriza por tener más horas de trabajo que los otros países de la OCDE y una menor productividad, y se insiste en mejorar la productividad que se encuentra estancada hace más de una década a través de la inversión en I+D. El impacto del estancamiento de la productividad es tan importante, que de haberse mantenido el ritmo de crecimiento de la productividad de los años 90, hoy tendríamos un nivel de ingreso per cápita un 30% superior al actual.
“Es contradictorio que mientras se busca estimular la investigación y desarrollo, se insista en la comercialización intra-regional versus la inserción mundial”.
Hace años se insiste en la inversión en I+D como único camino para mejorar la productividad y así mejorar el PIB per cápita. Pero como lo han demostrado varios estudios, hay otras formas o caminos para estimular la innovación. En Chile se invierte sólo un 0,4% del PIB en I+D, mientras que tal cifra para los países desarrollados se ubica cerca del 2,4% del PIB. La mayor brecha proviene del gasto privado en esta materia, que en nuestro país representa cerca del 44% del total, mientras que este porcentaje se ubica cerca del 65% en los países desarrollados.
Para estimular la inversión privada en I+D, durante 2008 se promulgó la Ley N°20.241, que buscaba también fortalecer el vínculo entre los centros de investigación y las empresas, pero el bajo número de postulaciones dejó en evidencia las deficiencias en el diseño del sistema de incentivos. Ahora, en 2022, nuevamente sale a la palestra el estímulo a la I+D, esta vez bajo la forma de una rebaja en la tasa de impuesto corporativa desde el 27% al 25%.
Al analizar diferentes publicaciones económicas e investigaciones es clara la relación positiva entre inversión en investigación y desarrollo y el crecimiento económico (ie. Zachariadis 2003), pero el tamaño de los mercados domésticos también es una variable relevante. Para Chile, que es un mercado pequeño, Coe y Helpman nos dan luces sobre los efectos de derrame o de spillover que se producen desde las economías más industrializadas hacia las economías emergentes y sus consecuencias en el aumento en la productividad total de factores y el crecimiento, algo que nadie ha puesto en la palestra.
Quizás por esto me parece tan contradictorio que mientras se busca estimular la investigación y desarrollo, se insista en la comercialización intra-regional versus la inserción mundial. Así, los países de la OCDE con un interesante tamaño de mercado aumentan su innovación invirtiendo en I+D, mientras que los países más pequeños promueven su innovación adoptando el know-how de los primeros. En estos casos (tal como lo señala un extenso estudio del FMI), se encuentra una relación positiva entre el coeficiente de apertura de la determinada economía y la innovación, y como es de esperarse, una relación negativa entre el riesgo de expropiación y la innovación. Es decir, no todo es tan simple.