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Columnistas

Innovación

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 3 de enero de 2013 a las 05:00 hrs.

Es frecuente confundir creatividad con innovación. La creatividad es fundamental para innovar, pero no lo garantiza. Alguien puede ser muy creativo en lo existente sin aportar algo nuevo. Hay empresas que lanzan muchos productos al mercado llamándoselas innovadoras, pero en el fondo sólo lo son cuando aportan algo distinto a los clientes que cambie la manera de satisfacer una necesidad de manera radical.



Los innovadores van más allá de las expectativas, incluso pueden no preguntar a sus clientes lo que quieren, ya que tienen la capacidad de descubrir e implementar lo que la gente no sabe que necesita. Alguna vez le preguntaron a Henry Ford si había preguntado a sus clientes para inventar el carro modelo T. Dijo que no, que si lo hubiera hecho le hubieran pedido un coche de más caballos. Otro error es confundir a alguien emprendedor como innovador. El emprendedor no siempre es innovador. Y viceversa, el innovador no siempre es buen emprendedor. Emprender es quien tiene la capacidad de iniciar proyectos o iniciativas con pasión y perseverancia. Innovador es quien crea cosas útiles que no existen. Ambos perfiles se necesitan, se complementan. Un ejemplo es Steve Jobs y Stephen Gozniak cuando crearon Apple, o Bill Gates con Paul Allen en el caso de Microsoft. Crear cosas nuevas y ponerlas en práctica es una característica de personas fuera de serie, como Henry Ford, Mark Zuckerberg, y otros nombres famosos. Lo que los hace fuera de serie no sólo es su capacidad de idealizar cosas nuevas y llevarlas a la práctica, sino la conexión con la generación de valor a gran escala. Estas mentes no sólo piensan en lo nuevo, sino en cómo cambiar la forma en que la gente usa o experimenta las cosas de tal manera de ofrecer un cambio de comportamiento que pueda masificarse y encontrar allí un valor relevante. Esto es la Innovacción conectada a Valor. ¡El sueño supremo de cualquiera! Los inventores y los emprendedores, por sí solos, no tienen garantizado el éxito. Requieren especialistas que perfeccionen permanentemente sus inventos, administradores que hagan eficientes los procesos, y expertos que sepan sacarle valor a través de estrategias de precios y financiamiento del crecimiento. Un buen ejemplo de esto es Google. La idea de un buscador de Internet perfecto cuando empezó a funcionar no tenía garantizado un éxito sustentable. Una sociedad que necesita de emprendedores tiene más probabilidad de éxito cuando estos piensan más como innovadores que saben conectarse con el valor de lo nuevo que aportan a un mercado y a la sociedad. Tarea pendiente.




Esta columna fue publicada en diario El Comercio de Quito

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