De la estrechez a la holgura histórica del mercado laboral
El alza del desempleo en el primer trimestre sorprendió a todos por su magnitud...
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Hermann González
El alza del desempleo en el primer trimestre sorprendió a todos por su magnitud, aunque no por su dirección. Mientras la economía comenzó a dar señales claras de fatiga hacia fines del año pasado, hasta ahora no se reflejaba con claridad en los indicadores duros del mercado laboral, aunque había indicios evidentes de que esto sucedería.
Por un lado, desde inicios de 2013 los indicadores de vacantes mostraban que el mercado del trabajo estaba menos estrecho y, por otro, el desempleo en las regiones del norte del país -esencialmente mineras- que alcanzó mínimos a mediados de 2012, prácticamente se había duplicado. El dato de marzo mostró no solo un incremento relevante de la tasa de desocupación, sino también la mayor destrucción trimestral de puestos de trabajo desde marzo de 2010 y confirma, cuando se mide en términos interanuales, la mayor debilidad del empleo, con un creciente rol de la ocupación por cuenta propia que dispone de condiciones laborales menos estables que el empleo asalariado.
El aumento del desempleo está en línea con el debilitamiento del crecimiento y no debiera extrañar ver alzas adicionales de la tasa de desocupación en la medida que la economía crezca este año bajo 4%. Sin embargo, esta situación no debiera alarmarnos. Lo que vivimos en los últimos cuatro años fue un período excepcional para la economía chilena en términos de condiciones financieras internacionales, precio del cobre y un boom de inversiones especialmente mineras, que generó externalidades positivas sobre el resto de la economía. El crecimiento del consumo privado también fue excepcional, viéndose favorecido por el bajo nivel de desocupación, el aumento de las remuneraciones reales y el bajo nivel del tipo de cambio. Lo que estamos viendo hoy es un proceso de normalización de esas condiciones excepcionales. La economía, después de crecer algunos trimestres por debajo de su potencial, retomará un crecimiento más cerca del de tendencia hacia fines de año, pero en el intertanto veremos más pérdidas de empleo y alzas adicionales del desempleo. Lo anterior dará paso a una estabilización del mercado laboral, aunque ciertamente con tasas de desocupación mayores a las del período 2011-2013.
Un estudio del año 2004 del Banco Central mostró que existe una relación causal negativa entre la tasa de desocupación y el crecimiento del consumo privado. En particular, estimó que un aumento de 100 puntos base en la tasa de desempleo, por ejemplo de 6% a 7%, produciría una reducción transitoria del crecimiento del consumo entre 20% y 35%, por ejemplo desde 5,6%, que fue el promedio del año 2013, a un rango de 3,4% a 4,3%. De las distintas hipótesis que plantea el estudio para explicar esta relación, encuentra evidencia robusta del motivo precautorio para ahorrar. Es decir, un aumento de la tasa de desocupación impactaría el consumo presente por la vía de generar incertidumbre respecto del ingreso disponible futuro. Este es el escenario que vemos como más probable hoy, con aumentos adicionales de la tasa de desocupación en los próximos meses, el consumo privado creciendo a tasas de 3-4% por algunos trimestres, pero hacia fines de año y durante 2015, una estabilización del desempleo aunque por sobre el promedio de los últimos cuatro años, en línea con una economía que vuelve a crecer sobre 4%.