Guillermo Tagle

¿Y ahora qué?

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Por: Guillermo Tagle | Publicado: Jueves 23 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Las encuestas, la temperatura ambiente, las ganas de cambiar y la unidad en la lista parlamentaria, entre otros factores, habían pronosticado un epílogo con alta certidumbre en la elección presidencial del pasado domingo. Las apuestas estaban entre una definición en primera vuelta versus un trámite de segunda vuelta pre-resuelto. Es la razón por la cual un resultado que no fue estadísticamente tan diferente a lo que han sido elecciones presidenciales pasadas, dejó un alto grado de incomodidad entre todos los que se sentían ganadores.

Lo que parecía serían cuatro semanas “en pausa” hasta el 17 de diciembre, se ha convertido en un torbellino de análisis, incertidumbre en la Bolsa, volatilidad en el tipo de cambio y muchas horas más de programas radiales y de televisión con “oráculos” del más diverso espectro, elaborando teorías y haciendo pronósticos respecto de dónde va Chile.

En lo concreto, el equipo de Chile Vamos tendrá que trabajar mucho más de lo esperado para lograr el triunfo que hasta el pasado 19 se daba por descontado. La incertidumbre y volatilidad posiblemente continúen en los mercados mientras no haya un epílogo conocido y estén abiertas las opciones de ejecución de las distintas propuestas programáticas. ¿No más AFP o mejoras al sistema de AFP?, ¿no más Isapres o mejoras al sistema de salud público y privado?, ¿gratuidad universal para la educación superior o foco en la educación pública de calidad en los primeros niveles y apoyo con financiamiento para estudiantes calificados en educación superior?, ¿fuera el lucro en actividades donde el Estado aporta recursos o colaboración público-privada en actividades donde empresas y particulares puedan aportar capacidad de ejecución eficiente?, ¿una sociedad que garantiza derechos sociales o una sociedad que incentiva el mérito y promueve la libertad de emprender?

Es importante la lista de materias en las cuales encontramos posturas divergentes respecto del modelo de sociedad y el tipo de país que construiremos hacia el futuro. Respecto del Congreso, ya tenemos epílogo conocido. La bancada de Chile Vamos ha logrado una mejoría relevante de posición relativa. Pero en la vereda opuesta, hay 20 nuevos diputados representando al Frente Amplio, muchos de ellos jóvenes y con una marcada orientación a los cambios estructurales. Esto permite augurar un intenso debate en cada materia que se proponga en el plano legislativo, múltiples negociaciones que harán difícil los cambios si no logran -entre estos grupos- construir algún tipo de acuerdo. Este escenario de difícil navegación ya está jugado y será en el que tendrá que enfrentar el candidato ganador.

Dicho lo anterior, Chile seguirá siendo un país donde dirige la orquesta el poder Ejecutivo, por ello es fundamental quién resulte electo. Las estadísticas del domingo 19 levantaron una polvareda que ha dejado nublado el panorama, generando el desafío para ambas candidaturas de afinar su mensaje y tratar de sintonizar mejor con todos aquellos que votaron por otros (los no elegidos) y los que no votaron por falta de interés o por pensar que la suerte estaba ya jugada. Si se trata sólo de números y lógica, aunque por una diferencia marginal, es más probable que gane Sebastián Piñera. Sin embargo, por lo reñida que será la contienda, por el rol de oposición dura y con representatividad mayor a la esperada que jugará el Frente Amplio, el desafío de Chile Vamos es de doble alcance. Tiene que ganar la elección el domingo 17 y al mismo tiempo ampliar el espectro de cobertura de su mensaje. Tiene que atraer a los “progresistas” desilusionados por el desempeño del gobierno que termina, para aglutinar apoyo y provocar consensos que permitan avanzar, evitar el estancamiento y las riñas políticas que puedan proyectarse en el tiempo, de tal manera que en cuatro años más no volvamos a estar en la misma disyuntiva que enfrentamos hoy, con modelos de vida y de sociedad tan divergentes. Chile necesita converger a un modelo de desarrollo libre, moderno, integrador e inclusivo, que construya acuerdos y permita emerger a nuevos liderazgos, que ofrezca progreso social y estabilidad de largo plazo para todos, especialmente para las generaciones por venir. El desafío es mayor, pero sin duda posible de lograr.

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