Febrero: mientras la ciudad descansa
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Guillermo Tagle
Entramos en la recta final del verano, termina hoy la última semana “full-febrero”. Ya la próxima vuelve gradualmente la normalidad a la vida cotidiana. El verano que termina ha sido de buenas noticias en el ámbito financiero y económico. Los mercados bursátiles han tenido buenos desempeños, la situación económica de Europa tiende a mejorar, la economía mundial pareciera dar un respiro y que podría empezar a superar algunas de sus mayores afecciones.
En el ámbito local, hemos tenido también buenas noticias, con crecimiento económico mayor a lo esperado, aumento de salarios reales y pleno empleo. En este contexto, ha sido creciente la cantidad de personas que han podido tener alguna forma de vacaciones, lo cual ha quedado en evidencia al observar las noticas de aeropuerto y carreteras colapsado, movimiento récord de pasajeros en buses y altísimas tasas de ocupación en la gran mayoría de los centros turísticos, desde hoteles en Viña del Mar, transbordadores en la Carretera Austral, hostales en Chaitén, etc.
El descanso legislativo de febrero y la relativa pausa que también se han tomado los equipos que ya trabajan en la campaña presidencial de este año, también ha bajado el nivel de decibeles en “agresividad” y en el ambiente de tensiones que hasta diciembre habían venido escalando a niveles peligrosos. Incluso en materias tan complejas como la que se ha venido conociendo en el ámbito de las universidades, con escándalo por las acreditaciones y un gran problema social para los estudiantes y profesores afectados por el cierre de una universidad relevante en tamaño, hemos tenido un masivo proceso de matrícula de la nueva generación de egresados de enseñanza media, que han podido acogerse a los nuevos programas de financiamiento, muchos han accedido a becas y la mayoría de las universidades “buenas” han completado sus vacantes con estudiantes con ganas de aprender y salir adelante.
En el plano más práctico y directo, vivir y trabajar en Santiago en febrero es una experiencia superior. La tranquilidad de las calles, la calma de los ciudadanos, la facilidad de desplazamiento, la abundancia de panoramas para disfrutar en familia, si no se ha podido salir de Santiago, nos muestran y nos hablan de un país diferente, al que vivimos todos durante todo el resto del año.
Estando a punto de partir nuevamente con un “febril” nivel de actividad 2013, ¿cómo mantener parte de la armonía y tranquilidad que se vive en febrero? En el ámbito empresarial y de negocios no hay vuelta, Chile está creciendo “al ritmo de una locomotora” (lo que resulta paradojal para quienes conocen el apodo que desde hace muchos años recibía el presidente Piñera). No nos queda más que aprovechar la oportunidad, empujar y salir adelante en la ejecución de muchos negocios y emprendimientos que están poniendo a Chile en el umbral del desarrollo. Para esta parte de lo que se nos aparecerá en marzo, no hay más remedio que estar preparado, organizarse bien y tratar de ser lo más productivo posible. Para todas las empresas que son responsables y afectan directamente la calidad de vida, el desafío es aprovechar los tiempos de bonanza, para buscar cómo atender mejor a sus clientes, como evitar las fallas en los servicios, como garantizar que la gente recibe un trato o un servicio justo por lo que paga. Para las empresas también es un desafío mejorar la productividad, ver cómo mejorar las remuneraciones de los trabajadores, como organizar mejor los horarios para que la vida laboral sea compatible con una sana y constructiva vida familiar.
Por último, el desafío más complejo está en el ambiente político; ¿cómo no vamos a lograr tener un debate constructivo respecto de los sueños y ambiciones que cada una de las coaliciones y candidatos, puedan tener respecto del futuro de Chile? Es muy importante tener un buen presidente de Chile es muy importante que gane el que tenga las mejores ideas, las mejores herramientas para hacer de Chile un país que crece, que sea inclusivo, que ofrezca oportunidades y bienestar a la mayor porción de la población. Poder identificar y elegir al candidato con el mejor potencial, es mucho más probable si el debate ocurre en un clima de respeto y no de descalificaciones dogmáticas, donde cada uno está en contra del otro por definición, independiente de qué piensa o quiere para la Patria. Nuestros líderes políticos tendrán una gran responsabilidad en comunicar y hacer sentir que vivimos en un país libre, respetuoso y que progresa. Dejar atrás las divisiones y odiosidades del pasado, para buscar juntos un destino mejor, es el aporte que nuestros gobernantes, candidatos y legisladores podrían hacer, para que algo del ambiente de paz relativa vivido durante febrero, perdure y nos permita llegar sanos y mejor parados, hasta el próximo verano.