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Columnistas

Flexibilidad laboral, una herramienta inteligente

Más allá de las polémicas que ha generado la postergación del proyecto de...

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 5 de julio de 2012 a las 05:00 hrs.

Más allá de las polémicas que ha generado la postergación del proyecto de flexibilidad laboral y de las opiniones que levantó, no debemos dejar pasar el momento para generar un debate lejos de las pasiones políticas y más cerca de la amenaza real que significa la crisis internacional.



Llama la atención que una idea como ésta, que brinda la posibilidad de reducir las jornadas laborales para facilitar la mantención del empleo ante un eventual escenario de desaceleración económica, genere un rechazo tan visceral y rotundo de parte de algunos sectores.

El tema de las crisis no es algo nuevo para Chile. Si bien la del 82 fue una de las que nos golpeó más fuerte, tenemos ejemplos recientes como la asiática de 1997 y la sub prime de 2008. En todas ellas, no sólo la generación de empleo se vio afectada, sino que también aumentaron los niveles de cesantía con las consecuencias económicas que eso conlleva. Es por eso que llama la atención que el tema se relegue a un segundo plano y no se saquen lecciones del pasado. Cuando aumenta la cesantía aumenta el temor, disminuye el consumo, se contrae la economía y todos nos vemos afectados.

El proyecto de flexibilidad laboral apunta exactamente en esa dirección. No sólo se trata de mantener la fuente laboral reduciendo las jornadas, sino que es un importante salvavidas para las pymes, que son las principales fuentes de trabajo del país.

Son esas empresas, precisamente, las que más se ven afectadas en tiempos de crisis y las que más deben ajustar gastos a través de la reducción de empleos. Otras, en cambio, no ven otra opción que recurrir a la quiebra.

Un proyecto como éste no sólo es una buena idea, es también una herramienta que facilita la retención de talentos (un ítem que siempre es difícil para las pymes) y que, al mismo tiempo, permite que los trabajadores mantengan sus puestos de trabajo y, en caso de que lo requieran, complementarlo con una segunda fuente de ingresos. 
Es importante, además, recalcar que no se está ante un proyecto que plantee una reducción de salario indiscriminada y a todo evento. Si no, de la posibilidad de ajustarlo en un 25% por un período determinado y previo acuerdo de los trabajadores.

Es por ello que hoy debemos enfrentar esta iniciativa como manera inteligente de prevenir y estar preparados para enfrentar una crisis a través del arma más efectiva: la mantención de los empleos.

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