Trump, el negociador
Erik Haindl Rondanelli Decano Facultad de Negocios, Ingeniería y Artes Digitales, Universidad Gabriela Mistral
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Erik Haindl
En las últimas semanas, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha iniciado una verdadera “guerra comercial” amenazando con imponer fuertes aranceles a un conjunto de productos provenientes de China y de la Unión Europea. La respuesta no se hizo esperar, y tanto China como la Unión Europea contestaron a esta alza con aranceles impuestos a productos provenientes de EEUU.
Los mercados reaccionaron con fuerza ante estos anuncios y las bolsas de comercio reflejaron fuertes pérdidas ante una perspectiva de un comercio mundial disminuido. El precio del cobre sufrió una baja importante, lo que afecta negativamente a Chile en su equilibrio fiscal y en su equilibrio externo.
¿En qué va a terminar todo esto? Los que conocen a Trump saben que es esencialmente un negociador; uno de sus libros más conocidos lleva por título The art of the deal (El arte del negocio). En este caso, está interesado en reducir el fuerte déficit comercial americano a través de medidas arancelarias que él debería sentarse a negociar tanto con China como con Europa.
Lo mismo hizo con Kim Jong Un, el monarca comunista de Corea del Norte. Primero lo amenazó con guerra nuclear y con las penas del infierno; Kim contestó lanzando misiles de largo alcance. ¿En que terminó todo eso? Con grandes abrazos entre ambos en Singapur, con una promesa de desnuclearizar Corea del Norte y con conversaciones para suavizar el bloqueo económico impuesto sobre ésta.
Pienso que se debería esperar lo mismo de la guerra comercial en ciernes. En un futuro próximo es muy posible que el Presidente Trump se reúna con Xi Jinping y se inicien conversaciones entre EEUU y China para rebajar los aranceles anunciados, a cambio de un mayor respeto de China por la propiedad intelectual y la mayor compra de productos americanos. También es posible que el Mandatario norteamericano se reúna con los líderes europeos para renegociar el comercio de EEUU con la Unión Europea.
Es muy posible que en la fase final de estas futuras negociaciones, la guerra comercial se pacifique y sólo termine en una fracción de la protección anunciada. Seguramente los mercados se tranquilizarán y Trump podrá emerger victorioso de esta bravata. Como EEUU es un país grande, que afecta el equilibrio mundial, es perfectamente posible que vuelque los términos de intercambio a su favor y termine siendo el ganador en términos económicos con esta maniobra.
Sin embargo, desde un punto de vista de la buena voluntad internacional, con esta decisión Estados Unidos esté perdiendo la simpatía de los chinos y los europeos. Esto tenderá a dejarlo aislado y volcado sobre sí mismo, lo que de algún modo lo devuelve a su comportamiento histórico, ya que en el pasado fue siempre un país autárquico y proteccionista. No olvidemos que su apertura comercial comenzó recién en los años 80, y que su política de aislarse de lo que pasaba en Europa y el mundo lo llevó a entrar tarde a las dos guerras mundiales.