En el Gobierno de Presidente Boric se moderó la salida de capitales

ANDRÉS SANSONE

En la edición del 16 de mayo este diario publicó la nota titulada “Fuga de capitales en Colombia, Chile, Perú alcanza máximo histórico tras la llegada de la izquierda al poder”. El artículo menciona que Chile habría sido el país más afectado, con la salida de más de US$ 36.000 millones entre 2020 y 2022, seguido por Perú con US$ 22.000 millones y Colombia con US$ 14.000 millones. Se atribuye como posibles factores que han contribuido a esta “fuga de capitales”, a la incertidumbre política y económica, y al proceso constitucional en Chile.

Es imprescindible complementar esta interpretación con un análisis más detallado y objetivo de las cifras y los hechos.

“La mayor salida de capitales reciente se produjo durante 2020-2021, no cuando gobernaba la izquierda. Durante 2020 se registró la salida de US$ 12.874 millones, y de US$ 14.653 millones en 2021”.

En primer lugar, hay que resaltar que durante el período mencionado (2020-2022) en Chile no había un gobierno de izquierda, como afirma el titular del artículo. Es más, la mayor salida de capitales se produjo durante 2020-2021, cuando el país era gobernado por el Presidente Sebastián Piñera. Durante 2020 se registró la salida de US$ 12.874 millones, y de US$ 14.653 millones en 2021.

Por el contrario, durante el inicio del período del Presidente Gabriel Boric esta cifra mostró un fuerte descenso con una salida menor a US$ 10.000 millones en 2022. Por lo tanto, a la hora de efectuar interpretaciones es fundamental evitar caer en generalizaciones simplistas y examinar a fondo los elementos detrás de esta situación.

Internamente, los factores que contribuyeron a la salida de capitales en los últimos años están relacionados con los retiros de fondos de pensiones y el fuerte incremento del déficit fiscal en 2021. El aumento del riesgo económico y político también incidió sobre las condiciones financieras, el incremento de las tasas de interés y del valor del dólar.

En contraposición, en 2022 hubo cambios significativos en la situación económica y política de Chile. A partir de marzo de dicho año, el nuevo Gobierno implementó una de las mayores consolidaciones fiscales en el mundo, concentrando las medidas de apoyo en los más vulnerables, lo que contribuyó a reducir la inflación, estabilizar la deuda pública y cerrar con el primer superávit desde 2012.

La política fiscal clara, el fin de los retiros de fondos de pensiones y la evolución de la situación política han ayudado a reducir la incertidumbre, lo cual se ha reflejado en tasas de largo plazo más bajas, un tipo de cambio más apreciado, una reducción del riesgo de crédito y mejores expectativas. Incluso, la inversión extranjera directa llegó al récord de casi US$ 21.000 millones en 2022, lo que no se observaba desde 2014.

Aunque queda camino por recorrer y existen riesgos internos y externos, la economía chilena se encamina en la dirección correcta. Es fundamental evitar cualquier elemento de incertidumbre como nuevos retiros de fondos previsionales, y potenciar los acuerdos en materias tributaria y previsional para demostrar que el país puede hacer frente a los desafíos que surgieron a raíz del estallido social, así como a las barreras que obstaculizan su desarrollo y bienestar.