Empresarios, ¡súmense!
Karla Rubilar Intendenta Región Metropolitana
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Karla Rubilar
Hace algunas semanas me tocó ser parte de una actividad que representa fielmente el sello que tendrá la tarea que me encomendó el Presidente Sebastián Piñera como Intendenta de la Región Metropolitana: construir un Santiago más inclusivo, más amable y, por supuesto, disminuir las dramáticas brechas entre las comunas ricas y las pobres.
Aquel día me sumé a un entusiasta grupo para limpiar la ribera del río Mapocho en la comuna de Cerro Navia, donde se ubicará el “Parque Ribera del Reencuentro”.
A la tarea de construir un Santiago más parecido al que soñamos que al que heredamos, no solo hemos convocado a vecinos, organizaciones de la sociedad civil y a representantes municipales y del gobierno central, sino que también al mundo privado. Las empresas modernas y socialmente responsables han entendido que el actuar aliados con organismos públicos es una pieza clave en la construcción de mejores ciudades para todos.
Tal como lo hacen las grandes urbes del mundo, el gobierno metropolitano ha establecido acuerdos con empresas dispuestas a aportar al mejoramiento de la capital. Hoy, por ejemplo, fondos privados financian la construcción de “Las Pérgolas de Carrascal” en Quinta Normal, parte del proyecto “Mapocho Limpio”. Esta iniciativa piloto busca recuperar la ribera sur del río y contempla el diseño y construcción de espacios públicos, seguros y libres de basura que estén a la altura de lo que nuestros vecinos se merecen. Este lugar contará con multicanchas, juegos infantiles, un anfiteatro, áreas de picnic y un skatepark.
Confío en que otros privados se sumen a estas iniciativas y apoyen, por ejemplo, la construcción del Puente Petersen (Cerro Navia) y el Puente La Máquina (Quinta Normal), proyectos que traerán beneficios sociales, urbanísticos y medioambientales a los sectores más postergados de esta región.
Los santiaguinos nos sentimos cada vez más orgullosos de nuestra ciudad, la que atrae a un creciente número de turistas de todo el mundo. Sin embargo, todavía arrastramos inaceptables diferencias que implican que unos vivan como en un país del primer mundo y otros como en una nación subdesarrollada.
Soy una convencida de que para superar esa vergüenza nacional, no solo debemos trabajar junto a alcaldes, gobernadores, cores y seremis, sino que también con empresarios con sensibilidad social.
Recientemente, visité junto al presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, el sector de Carrascal, en una de las zonas del río Mapocho que estamos recuperando. Espero ver a más empresarios palpando en terreno cómo -con su aporte y compromiso- podemos transformar la vida de la gente, especialmente la de los sectores más vulnerables.