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Columnistas

El decenio brillante de América Latina

El BID declaró que éste sería el “decenio de América Latina”...

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 23 de mayo de 2011 a las 05:00 hrs.

El BID declaró que éste sería el “decenio de América Latina”. Luego, The Economist hizo suya esa idea, que desde entonces han repetido innumerables apologistas y expertos.

Nada hay como un poco de crecimiento económico para hacer salivar a los expertos y América Latina está creciendo: 6% el año pasado y 4,75%, aproximadamente en 2011, según el Fondo Monetario Internacional. En comparación con los resultados, más bien flojos, a lo largo de los tres últimos decenios, parece casi velocidad de despegue y, en comparación con la reciente y deprimente ejecutoria de Norteamérica y Europa, parece claramente supersónico. Los mercados de valores de América Latina han experimentado una marcada subida desde la crisis, como también los precios de la propiedad inmobiliaria en los pocos países que recopilan datos sobre los valores de la viviendas.

La impresión sobre América Latina fue igualmente optimista al comienzo del decenio de 1980. Había abundancia de préstamos de bancos de EEUU y países como Argentina, Chile y Uruguay estaban creciendo rápidamente, pero entonces Paul Volcker aumentó los tipos de interés en EEUU, los dólares volvieron a casa, la mayoría de los países no pagaron sus deudas y el decenio de 1980 se convirtió en un “decenio perdido” para América Latina.

A comienzos y a mediados del decenio de 1990, se produjo otra ola de optimismo. Los precios de los productos básicos estaban altos, había abundante financiamiento exterior y muchos países latinoamericanos crecieron. Tras adoptar las reformas liberalizadoras dictadas por el Consenso de Washington, se consideraba que América Latina había empezado a mejorar, pero se produjo la “crisis del tequila” de México en 1994, seguida del desplome asiático, que afectó duramente a las economías latinoamericanas.

La situación actual comparte dos características con dichos episodios: precios por las nubes de los productos básicos y dinero internacional barato.

En el pasado, episodios de dinero baratísimo y precios de los productos básicos por las nubes acabaron mal para América Latina. ¿Será diferente esta vez? Perdonen la respuesta típica de economista: todo depende. En primer lugar, depende de si los países pueden impedir que se desarrollen burbujas financieras. El FMI preguntaba en un informe reciente: “¿Están afianzándose unas condiciones que propicien burbujas?” Después de señalar un enorme crecimiento del crédito en la mayoría de los países sudamericanos, el Fondo concluyó que “el aumento actual aún no llega al nivel de un auge crediticio”, aunque “así sería, si el aumento se mantuviera durante un período prolongado”.

En el mismo informe, el FMI dio la alarma sobre posibles burbujas de acciones, al señalar que “los precios de las acciones están en niveles superiores a la norma en la mayoría de los países, con algunas señales de apreciaciones exageradas en algunos de ellos (Chile, Colombia y Perú)”.

También depende de la política fiscal que el episodio acabe o no con lágrimas. En otro tiempo, en América Latina las políticas fiscales eran extraordinariamente procíclicas: siempre que bajaban los precios de los productos básicos, los gobiernos perdían el acceso a los mercados de capitales, por lo que debían eliminar sus déficits justo cuando las condiciones requerían una expansión fiscal.

Eso ha empezado a cambiar. En vista de que la deuda pública era muy inferior a la del pasado, varios países latinoamericanos mantuvieron déficits anticíclicos por primera vez en 2009, con lo que amortiguaron las repercusiones del golpe exterior resultante de la crisis financiera mundial.

El problema estriba en que los gobiernos de la región aún no han comprendido que la política fiscal anticíclica equivale a remar contra la corriente en los dos momentos del ciclo: gastar más en los malos tiempos y gastar menos en los buenos tiempos. Hoy la política fiscal sigue siendo demasiado expansiva en casi todos los países latinoamericanos.

Ese impulso fiscal, junto con unos precios altos de los productos básicos y un crédito abundante, sigue alimentando el crecimiento económico actual, con frecuencia a expensas de la estabilidad y del crecimiento futuros. Ha llegado la hora de América Latina, seguirán diciendo demasiados expertos. Ojalá estén en lo cierto.

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