Eficiencia energética: producir más con el mismo consumo

El concepto de Eficiencia Energética se puede definir como “producir más, con el mismo consumo”, desafío no menor y contingente si consideramos nuestra realidad energética; pero con un real y positivo impacto en el estado de resultados de cualquier compañía, sobre todo si consideramos que entre el año 1991 y año 2011 el consumo final de energía creció en un 122%.

Por tanto, si queremos mantener un crecimiento económico, necesariamente vamos a necesitar fuentes de energía confiables que nos permitan alcanzar ese objetivo, sobre todo considerando que en el año 2011 nuestra dependencia energética fue del 78%. Además, se debe considerar que nuestra realidad energética y productiva da cuenta de que durante 2011 el 69% del consumo de energía lo realizaron los sectores de Transporte y de Minería e Industria, con un 32% y 37%, respectivamente.

De ahí la importancia que a nivel país definamos una matriz energética sustentable en el tiempo, y que se capaz de soportar el crecimiento que deseamos. Por el momento, la tendencia es a obtener energía eléctrica asociada a centrales térmicas, las que no están exentas de cierta sensibilidad social y nuevas normativas; como la respuesta a esa discusión no se logra en el corto plazo y como además, no existe una única verdad; una respuesta efectiva y que contribuye al objetivo país, es la eficiencia energética.

Asociado a lo anterior, existen otras ventajas relacionadas con la implementación de procesos de eficiencia energética en las empresas; por ejemplo, la disminución de la huella de carbono, se puede lograr de la mano de eficiencia energética, pudiéndose patentar que la eficiencia energética es la fuente de energía más limpia, segura y económica, de la que pueden disponer las empresas hoy.

Desde la sociedad civil, la Comisión Ciudadana Técnico Parlamentaria para la política y matriz energética define dos prioridades. Primero, la generación de una Ley de Eficiencia Energética, que defina, entre otros temas: metas y obligaciones para las empresas que más consumen, financiamientos y programas. Segundo, definir la Agencia Chilena de Eficiencia Energética como una entidad pública, autónoma y con financiamiento independiente de coyunturas políticas; con capacidad para desarrollar, implementar y evaluar programas para los principales sectores de usuarios.

Así las cosas, el escenario está dispuesto para aumentar el desarrollo de la eficiencia energética en Chile.