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Columnistas

Déficit de cuenta corriente y política monetaria

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 23 de mayo de 2013 a las 05:00 hrs.

En la última reunión de Política Monetaria se generó cierta incertidumbre respecto a la posibilidad que el Banco Central de Chile decidiera baja la Tasa de Política Monetaria. Efectivamente las expectativas de inflación implícitas en los instrumentos de mercado se han ubicado bajo 3% incluso en el largo plazo, lo que sin duda sería un argumento a evaluar. Sin embargo, esta situación se ha observado hace algún tiempo con desalineamientos respecto a la meta no tan relevantes en plazos mayores. Adicionalmente, tal como señalan correctamente los antecedentes publicados previos a la reunión, características idiosincráticas del mercado de renta fija pueden influir en los datos implícitos. Respecto al crecimiento del PIB, descartando los factores puntuales que afectaron las últimas cifras de crecimiento, la economía debería estar creciendo en torno a su nivel potencial, lo que es coherente con una tasa de política monetaria en niveles neutrales como la actual.

En la discusión da la impresión que el principal riesgo de la economía chilena se está subponderando. Para el año 2013, todo indica que el déficit de cuenta corriente se ubicará entre 4% y 5% del PIB. Veamos la historia. La última vez que Chile tuvo un déficit de cuenta corriente superior al 4% del PIB fue en 1998. Al siguiente año, la economía experimentó una contracción cercana a 1% luego de 15 años de crecimiento sostenido. En este sentido, se argumenta que el déficit de cuenta está financiando inversión, por lo tanto sería más benigno. Efectivamente este escenario es mejor que si se estuviera financiando consumo o gasto fiscal y generara flujos futuros para la economía, pero independientemente de la composición del déficit, hay que pagarlo hoy. En este sentido, sin discutir respecto al manejo de política económica del período, resulta relevante constatar que previo a la crisis asiática, la economía tenía una tasa de inversión y ahorro en relación al PIB similar a la que se observa en la actualidad y reservas respecto al producto por sobre el stock de hoy.

Lo anterior no significa que el déficit de cuenta corriente sea perjudicial para la economía. Muy por el contrario, permite entre otras cosas que el país mantenga un sostenido crecimiento de la inversión. Sin embargo, resulta necesario manejarlo conservadoramente producto del nivel y persistencia que ha alcanzado en el último tiempo, para evitar un colapso de la economía en un contexto de abrupta salida de flujos de capitales o en un evento inesperado como el de la crisis asiática.

En resumen, el principal riesgo de la economía local es que la demanda interna no se desacelere lo suficiente como para mantener un déficit de cuenta corriente por debajo de 5% del PIB. En este contexto, y considerando que las expectativas de inflación de mayor plazo ya iniciaron el camino de convergencia hacia el 3% y las condiciones financieras efectivas han sido en 2013 más expansivas que durante todo el año anterior, lo más probable y necesario es que observemos un Banco Central muy cauto respecto a un eventual inicio de un proceso de estímulo monetario, independientemente de lo que hagan otros países exportadores.

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