De vuelta en el radar de los inversionistas internacionales
La agitada coyuntura de las últimas semanas no debe ser excusa para perder de vista...
La agitada coyuntura de las últimas semanas no debe ser excusa para perder de vista los temas de fondo de nuestra economía. Se espera que crecimiento del PIB tendencial en 2011 sea de 4,8%. El promedio del mismo en el período 1990-1998 fue de 7,1% y para los últimos 13 años llega a un pobre 4%, registro al que lamentablemente nos llevaría nuestra propia inercia si nos quedáramos de brazos cruzados. Sabido es que para retomar una órbita de PIB tendencial más elevado clave es volver a alzas crecientes de productividad.
Justamente en este frente hemos tenido un insatisfactorio desempeño a partir de 2000. Salvo 2004 y 2005, los crecimientos de la productividad los últimos 11 años han sido registros negativos. Incluyo el crecimiento de la productividad de 2010, la que inicialmente se había estimado como levemente positiva, de +0,3%. Pero como en 2010 el crecimiento del empleo fruto de la nueva encuesta fue excepcionalmente elevado, muy luego podríamos descubrir -para mala suerte del gobierno- que será de alrededor de -0,7%.
En 2011, ya una vez más normalizadas las cifras de empleo, al fin debiera emerger una cifra positiva de productividad, la cual estará ubicándose más en torno al +0,5%. Así, dicho registro será como una luz al final de este túnel y se constituirá efectivamente en un punto de inflexión.
De aquí que sea tan valioso y oportuno el anuncio efectuado por el ministro de Economía, de llevar adelante lo que se pretende sea textual “el mayor conjunto de reformas microeconómicas de la última década”.
Tendremos un potente conjunto de acciones cuyo primer logro será en enero de 2012, cuando el índice de libertad económica de la Fundación Heritage y el Wall Street Journal nos restablezcan nuestra posición de país top 10 -frente a nuestra actual posición de ser N° 11- e incluso no se puede descartar llegar al top 7 u 8 de los países más libres del planeta. Esto, porque precisamente una de las categorías en que Chile es más débil hoy relativamente es libertad de negocios. También habría una mejora libertad frente a la corrupción, ya el informe de Transparencia Internacional nos asigna una destacable mejoría frente al empleado en los cálculos de 2010.
Un salto en el ranking de los países más libres del mundo nos colocaría nuevamente en el radar de los inversionistas internacionales, con toda la dinámica en generación de emprendimiento, innovación y productividad que ello significa.