Cuota femenina en directorios: partir al revés
Ignacia López Vives, socia del área laboral de Cariola Díez Pérez-Cotapos
Hace pocos días terminó la temporada de juntas ordinarias de accionistas 2023, en las cuales las compañías renovaron sus directorios. Si bien aún estamos muy lejos de equiparar la cantidad de mujeres y hombres en dichas instancias, en las empresas IPSA la participación femenina va en aumento, alcanzando este año un 21%.
Existe consenso de que es necesaria la inclusión de la mujer en la vida empresarial, tanto en el acceso al trabajo como en la participación en la toma de decisiones de las compañías, pero no está claro cómo conseguirlo. En ese marco nació el proyecto de ley que plantea una cuota femenina obligatoria en directorios de 40%.
El objetivo es muy loable, pero hay principios y realidades con los cuales esa aspiración debe convivir para poder cumplirse con éxito.
En cuanto a los principios, limitar el derecho de los accionistas a elegir libremente quien los represente es permitir la intervención del Estado en el derecho de administración del propietario, estableciendo un complejo precedente de intervención que no sabemos dónde termina.
Respecto al mercado laboral en el que se aplicaría la cuota, tampoco se ve fácil. La participación laboral femenina aún no se recupera de los niveles prepandemia, alcanzando apenas un 51% según el INE, lejos del 65% del promedio OCDE. Este dato es relevante desde una doble perspectiva. Por una parte, no se prioriza la inclusión de la mujer en el mercado laboral desde la base, la cual se ve dificultada por labores de cuidado, conforme al estudio del Banco Central “Impacto de la Crisis del Covid-19 sobre la Situación Económica de las Mujeres en Chile”. Y, por otra, la baja participación laboral está correlacionada con la masa crítica de mujeres capacitadas para cumplir la cuota.
El proyecto parte al revés, forzando la inclusión de la mujer en la cúspide de las empresas, en lugar de promover su inclusión desde la base, no existiendo evidencia que asocie la mayor participación en directorios con un aumento de la participación laboral ni más ejecutivas. Así lo muestra el estudio de Oxford “¿Romper el techo de cristal? El efecto de las cuotas de los directorios en los resultados del mercado laboral femenino en Noruega”.
Pese a lo anterior, vemos que la inclusión de la mujer en los directorios avanza. El 21% recién alcanzado contrasta con el 15,9% del índice MSCI de participación de mujeres en el directorio de empresas large y mid cap en mercados emergentes. Así, comparando peras con peras, vamos en la dirección correcta sin forzar la inclusión, considerando que el mismo índice a nivel mundial alcanza el 31,3%.
Está claro que nos falta avanzar en la inclusión de las mujeres en todo ámbito, pero cabe preguntarse si establecer una cuota es el camino correcto para lograr la inserción plena de éstas en el mundo empresarial.