Si algo dejó claro la elección pasada es la importancia de la parsimonia. Está claro que la reforma tributaria es un hecho, pero también es un hecho que no ha llegado el momento para una nueva Constitución. Lo anterior, implica que quizás podamos dedicarnos a implementar reformas que mejoren la competitividad de las empresas en lugar de patalear de vez en cuando por el precio del dólar y señalo esto cuando justamente las dos rebajas consecutivas de la TPM por parte del Banco Central que ha llevado la tasa a niveles del 4,50% tienen más que contentos a los participantes en este sector.
Es más efectivo rebajar la tasa de interés una sola vez en 50 puntos básicos en lugar de dos veces en 25 puntos base, porque la transmisión de las medidas de política monetaria no es inmediata y no es posible que en un mes puedan verse efectos de la misma. Luego de una primera rebaja en la TPM en dos años que llevó la tasa rectora a ubicarse en 4,75% en octubre, fueron muchas las voces que se alzaron reclamando una nueva rebaja de la TPM antes de fin de año, dado el deterioro o el menor dinamismo de la actividad, lo que quedó claro al conocerse los datos de cuentas nacionales del tercer trimestre del año en curso. El mismo Banco Central reconocía en los antecedentes de la reunión de política monetaria de noviembre que “los datos de actividad y demanda mostraron un dinamismo menor al previsto” con una “inflación anual que volvió a ubicarse por debajo del rango de tolerancia”.
Si la desaceleración de la demanda sorprendía, entonces lo mejor hubiese sido bajar la TPM en 50 puntos en la reunión de política monetaria de octubre y no volver a rebajar en 25 puntos base hasta niveles de 4,50%. Lo “más efectivo” hubiera sido sorprender al mercado con una rebaja de 50 puntos base en octubre dado que una rebaja esperada en la TPM resta efectividad a la política monetaria.
Muchos son quienes se sorprendieron positivamente con el crecimiento del 3T2013, sobre todo luego que en septiembre el Imacec fuese apenas 3,9% y se ubicara por debajo de las expectativas de mercado de 4,4%. Sin embargo, es cierto que las cuentas nacionales del tercer trimestre informaron un crecimiento de la economía de 4,7%, pero el mismo fue impulsado por las exportaciones, mientras que la demanda interna se desaceleró más rápido que lo esperado. En particular, la demanda interna creció 1,3% en el trimestre julio-septiembre, y anotó su menor variación desde el 3T2009 cuando se contrajo 7,1%. Así, se produjo una fuerte desaceleración de la demanda interna, lo que podría haberse aminorado si se hubiese actuado con anterioridad en materia de rebaja de TPM, pero con una rebaja mayor porque, a veces, menos es más.