¿Qué mensaje nos quiere dar el Banco Central manteniendo la TPM en 5%? En el contexto de un esquema de metas de inflación la decisión se puede racionalizar de dos formas. La primera es que el nivel actual de la TPM es expansivo (la tasa es baja), lo que es consistente con una economía que se desacelera y una inflación baja. La segunda es que, manteniendo la tasa en 5%, no hay amenazas serias de que la baja inflación persista.
La primera alternativa se puede descartar, ya que la autoridad ha señalado que 5% es una tasa neutral. Desde luego, en los meses de mayor crecimiento e inflación no consideró necesario subir las tasas.
Respecto de la segunda, la comunicación ha sido menos clara. En el último IPoM el BC pronosticó que el menor impulso externo y el fin del ciclo de inversión llevarán a la economía a crecer bajo potencial por al menos dos años y que, si bien el consumo ha sido más dinámico de lo esperado, todo indica que esta variable debería ajustarse pronto. En este contexto, la inflación convergería a su nivel objetivo en el mediano plazo, asumiendo bajas de tasas dentro del año. Por otra parte, y no obstante lo asertivo del análisis del IPoM, los comunicados de las reuniones de política monetaria y las acciones de política de los últimos meses dan cuenta de una visión más dubitativa respecto de la necesidad de una baja de tasas, con menciones al comportamiento del consumo que tienen un peso mayor que en el análisis del IPoM.
El mercado, por su parte, ha terminado por creer que la decisión del BC está amarrada a la evolución del consumo, aunque no vea presiones inflacionarias relevantes. De hecho, la expectativas de inflación medidas en las tasas de mercado muestran una importante caída de la inflación esperada a diciembre de este año, la que se ubica por debajo del 2%, largo bajo el 2,6% esperado por el BC. El riesgo es que el mercado profundice en la creencia de que las condiciones macro están presionando la inflación a la baja, pero que el BC no recortará las tasas nominales porque el consumo no se desacelerará en el corto plazo. En este escenario, las tasas reales aumentarán, haciendo que la actividad se desacelere más rápido y que las expectativas de inflación sigan cayendo. Algo de eso parece estar ocurriendo.
Por cierto que pueden haber buenas razones para no bajar las tasas a pesar de la baja inflación y de que la actividad se desacelera, por ejemplo, razones macro prudenciales ligadas al comportamiento del consumo. Pero si este es el caso, en un esquema de metas de inflación, es importante hacerlo presente, explicar por qué esas razones son importantes y señalar por qué usar la TPM es la mejor decisión. Después de todo, la estabilidad de precios es la principal tarea del BC.
Sin duda, dentro del BC, la discusión sobre el nivel de la tasa de interés no ha versado solo sobre la evolución del consumo. Sin embargo, las razones detrás de los no movimientos de tasas no han sido bien transmitidas. ¿Cuáles son las presiones sobre la inflación? ¿Cómo encaja la evolución del consumo en las perspectivas sobre la inflación? ¿Hay razones distintas a la inflación detrás de la decisión de no bajar la TPM? Son algunas de las preguntas que el mercado ha empezado a hacerse cada vez con más fuerza.