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Chile necesita buenos proyectos de energía. No todos lo son

Carlos Finat DIRECTOR EJECUTIVO ACERA AG

Por: Carlos Finat | Publicado: Martes 28 de junio de 2016 a las 00:00 hrs.
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La discusión pública sobre energía de los últimos días me recuerda años atrás. En el marco del trámite de la Ley de Transmisión, se escucharon voces a favor y en contra de las grandes hidroeléctricas, en un tono bipolar que resuena a los tiempos de la improductiva discusión que suscitó el fallido proyecto Hidroaysén. ¿Necesita Chile nuevas centrales hidroeléctricas por sobre otras tecnologías disponibles? Pues, no. La Política Energética vigente, cuyas bases fueron consensuadas en 2015 mediante un inédito proceso participativo, busca un sector de energía confiable, sostenible, inclusivo y competitivo.

Para lograrlo, en el segmento de generación eléctrica estamos convencidos de que -salvo en el caso de las tecnologías emergentes- las tecnologías maduras deben competir en un marco de reglas comunes, riesgo acotado y sin una discriminación arbitraria sobre las otras. Sólo deberían demostrar bajo todos los procesos que son buenos proyectos.

Resulta entonces preocupante escuchar llamados como el de la Asociación de Generadores convencionales, buscando un mayor impulso al desarrollo de grandes hidroeléctricas de embalse, planteándolo como una prioridad para el país, ya que gracias a este "complemento" se desarrollarían también más centrales eólicas y solares. Es cierto que la Política Energética contempla un lineamiento específico para "Promover Un Desarrollo Hidroeléctrico Sustentable Que Permita Alcanzar Una Alta Participación Renovable En La Matriz Eléctrica", sin embargo, ella misma contempla procesos previos que buscan establecer cuáles son los proyectos buenos y cuáles no.

Volviendo a la discusión suscitada sobre la eventual necesidad de desarrollar grandes hidroeléctricas, creemos necesario señalar que los buenos proyectos hidroeléctricos no se desarrollarán simplemente porque la ley contemple polos de desarrollo o un sistema eléctrico nacional que el día de mañana integre el extremo sur de Chile. Como señala la Política Energética, los buenos proyectos hidroeléctricos serán aquellos que cumplan con las exigencias de gestión territorial de sus cuencas, que respeten estándares de sustentabilidad específicos, que cumplan con el marco normativo de los derechos de agua y cuenten con instrumentos económicos que los apoyen y sustenten, además de proteger la biodiversidad y sus ecosistemas afectados.

Las normas que definen los anteriores criterios aún no han sido discutidas y aprobadas. Sin pasar por su filtro, no es posible afirmar que las centrales hidroeléctricas de gran tamaño son buenos proyectos para Chile.

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