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Chile en primera fila del G20

Incertidumbre es la palabra que mejor resume el estado de ánimo sobre el futuro de la economía internacional...

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Incertidumbre es la palabra que mejor resume el estado de ánimo sobre el futuro de la economía internacional. Si bien en lo que va del año las noticias han sido algo más alentadoras desde Estados Unidos y Europa, incluyendo la inyección de liquidez por parte del Banco Central Europeo y el reciente acuerdo de canje de deuda entre Grecia y sus acreedores privados, persisten los temores sobre la capacidad del Viejo Continente para superar sus dificultades financieras y fiscales, y recuperar al mismo tiempo la capacidad de crecimiento, tras la recesión prevista para este año.

En ese contexto, la oportunidad de participar en la primera línea del proceso de toma de decisiones que en buena medida determinarán el derrotero de la economía global es una oportunidad única. Oportunidad que hoy tiene Chile, que en reconocimiento al esfuerzo y seriedad de sus políticas públicas y a una conducción económica responsable durante los últimos años, ha sido formalmente invitado por México a participar en 2012 del Grupo de Los Veinte (G20), por lejos el foro internacional más importante en materia económica y financiera. En él participan las 19 economías más avanzadas del planeta, que representan cerca del 90% del PIB mundial y el 80% del comercio global, y que este año está bajo la presidencia mexicana.

En su condición de Foro líder, durante las últimas reuniones el debate en el G20 ha estado centrado en la crisis europea y su riesgo de propagación. En la última reunión de ministros y presidentes de bancos centrales en que me correspondió participar la última semana de febrero, la discusión de fondo apuntó a la forma de aumentar la muralla de fuego sobre los mercados financieros europeos para evitar el riesgo de propagación. En particular, se analizó cómo dimensionar las necesidades de financiamiento para prevenir una crisis financiera global en el contexto actual, así como los mecanismos de financiamiento que se utilizarán, incluyendo una definición de cuáles serán las instituciones encargadas.

Uno de los elementos en que hicimos hincapié fue la importancia de que los países emergentes, que hoy son quienes lideran el crecimiento global, sean proactivos en definir planes de contingencia que les permitan actuar con prontitud y cierta coordinación ante un recrudecimiento de la crisis y así ser parte de la solución global y no del problema. Lo discutimos en la reunión de ministros y también tuvimos la ocasión de conversarlo en privado con la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner.

En materia regulatoria y de nueva arquitectura financiera, subrayamos, además, la importancia de que las economías emergentes, sujetas a la volatilidad de flujos de capital, tengan un monitoreo y acción coordinada de sus autoridades económicas y regulatorias. Esto es lo que estamos haciendo en Chile al alero del Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) que impulsamos desde el gobierno y está funcionando desde octubre del año pasado.

Hubo consenso entre las autoridades del G20 en que la situación internacional exhibe una leve mejora respecto a meses anteriores, pero que, sin embargo, los riesgos sistémicos siguen siendo muy altos. Si bien se valora el accionar de Europa tanto en materia de política monetaria como de reformas estructurales, todos los miembros del G20 estuvimos de acuerdo en que hay que redoblar los esfuerzos. Sólo con esa perspectiva será posible acotar los riesgos globales. En el intertanto, las economías emergentes, como Chile, tienen el deber de seguir muy alertas, monitoreando acuciosamente lo que sucede en los mercados, de tener cuidadosamente diseñado un sólido plan de acción para enfrentar un escenario más adverso, que está lejos de haberse disipado.

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